viernes, 27 de diciembre de 2013

POETÍLICOS SOBRIOS DE MAG MÁRQUEZ Y ABEL EZEQUIEL PAISAJE



Poetílicos sobrios
Mag Márquez y Abel Ezequiel Paisaje
Ed. Karakartón, 2013
10 euros
76 páginas


Poetílicos sobrios no es simplemente un libro, en realidad, es algo mayor. Es un proyecto poético y escénico cercano al teatro. En este libro, sus dos autores tratan de recoger algunos de los poemas que han ido recitando o interpretando en sus numerosas actuaciones en el circuito poético de Barcelona. Sus poemas son pequeñas piezas para ser interpretadas. Son piezas con vocación oral, es por este motivo que el papel las constriñe. Y uno debe leerlas imaginando la entonación, los gestos, los altibajos de la voz de sus autores. Es así como yo he leído este libro, este poemario artesanal. Éste es otro de los aspectos a destacar, pues hasta la composición del libro sale de la norma. Está construido con los restos de cartón que han sido reciclados. Hecho a mano. Por eso debo de ser uno de los pocos afortunados que posee esta edición. Quizá habría que exigir a la editorial una nueva tirada. Pero prosigamos con lo que decía al principio. La poesía que contiene el libro es eminentemente oral, de ahí que la repetición sea tan importante. La repetición y el efecto de las voces que se superponen son esenciales. No se trata de leer el libro simplemente como se haría con cualquier otro poemario. Se trata de que se atrevan a ver una de las actuaciones de esta pareja y, a continuación, y habiéndolos escuchado, reciten como ellos estas palabras o, al menos, las repitan mentalmente con su entonación (No teman la reacción de los vecinos).
El poemario se construye como un espacio poético-teatral donde no faltan las acotaciones. Mezcla idiomas y sonidos, introduce el lenguaje de internet y el de los móviles. Pero, al final de todo, contiene la palabra con toda su fuerza (p.9):

“Cortan y recortan la memoria
para dejarla calva de recuerdos
para que confundamos la diestra con la siniestra,
la legalidad con la justicia,
la manipulación con el orden,
y olvidemos de dónde venimos (…)”

Destacan los temas sociales pero muchas veces tratados con un tamiz humorístico.

También lo cotidiano (p.11):

“No te das cuenta,
en la taza siempre queda
el poso de los días”

Y también en (p.12-13):

“Date cuenta,
que ese poso negro
no es más que el pozo
donde naufragan todos tus sorbos”

Da la impresión de que a veces quieren despertar las conciencias (p.47):

“allí donde queremos llegar hay tanta belleza
que un día despertamos y se nos rompe algo
al ver que estamos cuerdos de verdad
y todo aquello es una mierda
donde existen miserias como éstas”

Y a veces la desesperanza también nos trae algo de humor negro (p.55):

“póngame dos pizcas de determinismo histórico
a mi dos puntos más de share humano”

Pero en general el tono del poemario es más sarcástico-festivo (p.58):

“Y por eso reparte todas las hostias,
A trote y moche
A cal y canto
A diestra y a siniestra
Sin que se conozca mineral, vegetal, animal o humano
que se resista a tanta hostia, rehostia y malahostia celestial”

Pero sin olvidar la intención de alcanzar nuestras conciencias (p.67):

“entrar en una farmacia
pedir la píldora del día después
esperar a que amanezca
y suene el despertador
para que esto tenga algún sentido”


Poetílicos sobrios nos traen poesía fresca pero no vacía. Poesía que permanece y se hace poso,  como esa taza de café de todos los días.



lunes, 9 de diciembre de 2013

INOCENCIA DE PENELOPE FITZGERALD




Inocencia 
Penelope Fitzgerald 
Traducción: Pilar Adón
Epílogo: Terence Dooley 
Editorial Impedimenta 2013 
341 pág. 
22,75 €


Penelope Fitzgerald (1916-2000) fue novelista, poetisa, ensayista y biógrafa inglesa  aunque comenzó a escribir a una edad tardía. Perteneció a una familia de intelectuales: teólogos, literatos, criptógrafos. Ella fue educada en importantes colegios de Oxford, entre ellos Wycombe Abbey (el Eton masculino).

Publicó Inocencia en 1986. La novela transcurre en la Italia de 1950, concretamente en la Toscana, en Florencia. Chiara Ridolfi, la protagonista, acaba de salir de un internado inglés  y un tanto exclusivo. La joven pertenece a una antigua familia de nobles italianos venida a menos y un tanto peculiares. Es magnífica la explicación, al inicio de la novela, de la historia de la villa de la familia Ridolfi, la Ricordanza, conocida popularmente como “los Enanos”.

Todo comienza cuando Chiara le dice a su padre que se quiere casar con un médico, el doctor Salvatore Rossi, al que conoció en un concierto de música clásica.

Inocencia es una novela inteligente, sensual pero que provoca cierta dosis de ansiedad en el lector. Tendrá desde el primer momento la sensación de que la relación entre los protagonistas es absolutamente destructiva.

La escritora dibuja a los personajes con una carga psicológica importante, tanto a los principales como a los secundarios.

La protagonista, Chiara Ridolfi, es una mujer joven y hermosa pero muy indecisa: “Su manera de enfrentarse a lo que fuera que se le viniera encima quedaba a medio camino entre el entusiasmo y la timidez (…)” (pág. 37).

Salvatore Rossi es médico en el Hospital de San Agostino, especialista en neurología. Es un hombre trabajador e inteligente pero con un carácter tremendamente egoísta y egocéntrico. Su padre era comunista y amigo personal de Gramsci, de hecho es uno de los personajes que aparece brevemente en la novela. La visita al hospital que le hacen Salvatore y su padre cuando está cerca de su muerte marcará la vida del protagonista.

Penelope Fitzgerald hace una descripción muy acertada  de Salvatore: “Debía salir de Bolonia como un hombre al que no pudieran distinguir por nada, ni por su procedencia ni por su carácter; tenía que ser pura y simplemente el joven doctor Rossi, hecho a sí  mismo, capaz de tomar sus propias decisiones” (pág. 70).  

La filosofía de Salvatore: “Si haces lo que esperan de ti (…) dejarás de ser una persona especial. Como médico, debo saber lo que es lo normal y asumir que cualquier vacilación en esa normalidad es una señal de peligro. Como ser humano, debo hacer justo lo contrario.”  (pág. 69).

En toda la narración de Inocencia, Salvatore demuestra un carácter fuerte, dominante, incluso, en ocasiones, antipático pero intentará en todo momento estar junto a Chiara. Está obsesionado con ella. En cuanto a Chiara, al lector le apetecerá protegerla. Está enamorada y también hace lo imposible por estar junto a Salvatore.

Merecen especial atención los personajes secundarios: Maddalena, la hermana de Giancarlo Ridolfi y tía de Chiara, es una mujer singular. Es la responsable del Refugio para los Indeseados, o sea, ancianos y bebés: “Unos desdentados podrán convivir pacíficamente con otros desdentados” (pág. 20).

O Cesare, el primo de Chiara, encargado de Valsassina, la granja familiar, un hombre silencioso y asocial: “Nunca decía nada a menos que fuera absolutamente necesario. Para él la conversación no era en ningún caso una de las artes de la vida ni un entretenimiento (…)” (pág. 27).

Y qué decir de Barney, amiga de Chiara: una joven inglesa decidida y atrevida. Todo lo contrario de Chiara: “la quería por su habilidad para deshacerse de los obstáculos” (pág. 85).

Y entre todos los personajes está Italia y concretamente la Toscana. La luz, las casas señoriales, los viñedos. La calidez del paisaje se transmite en las palabras de la escritora. Es muy acertada la ilustración de la portada de la novela que hace la editorial Impedimenta.

Es muy aconsejable el epílogo de Terence Dooley, Amena Stanza, albacea y amigo personal de Penelope Fitzgerald. En él hace una extensa explicación sobre  la novela. De hecho  opina  que “Inocencia es la más hermosa de las tragicomedias de Penelope Fitzgerald” (pág.331).

Inocencia, de  Penelope Fitzgerald, es una buena elección para regalar en estas fiestas navideñas.

domingo, 24 de noviembre de 2013

365 HAIKUS Y UN JISEY DE JOAN DE LA VEGA



365 haikus y un jisey
Joan de la Vega
Rúbrica ed, 2012.
101 pp.
10 euros

Recuerdo que hace ya algún tiempo hablando con Joan de la Vega con motivo de la publicación de su poemario Una luz que viene de fuera, reseñado también en este blog, me dijo que había cambiado la política por la naturaleza. Fruto de ese contacto específicamente con la montaña nació su anterior poemario pero en estos haikus da buena cuenta de ello también. La naturaleza es en 365 haikus y un jisey el terreno en el que se organiza el poemario, es el motivo para escribir, el disparador creativo, la forma de obtener la libertad, el modo en el que Joan de la Vega encuentra su paraíso y se explaya contándonos todas las pequeñas cosas que ve en ella.

Dice la wikipedia sobre el concepto de haiku que: “Consiste en un poema breve, generalmente formado por tres versos de cinco, siete y cinco moras respectivamente. Comúnmente se sustituyen las moras por sílabas cuando se traducen o componen en otras lenguas. La poética del haiku generalmente se basa en el asombro y el arrobo que produce en el poeta la contemplación de la naturaleza”

Personalmente me importa menos la parte puramente formal. Sí me interesa mucho más la parte de significado y aquí el autor cumple absolutamente con lo que es un haiku. Una muestra (pag 10, haiku 15):

“Negros cipreses
nos dan la bienvenida.
Moran en paz”

Sin entrar excesivamente en el trasfondo filosófico del haiku si hay que destacar algunos aspectos del sentido del haiku que también se observan en los poemas de Joan de la Vega:

La descripción de fenómenos naturales o cambio de las estaciones:

“Arde la higuera.
Su aroma, un eclipse.
Dulce de mayo” (p.44, haiku 151)

O también en:

“Un rayo apunta
muy cerca y hace diana.
Su ira es la mía” (p.47, haiku 161)

La descripción de la vida cotidiana de la gente:

“Cortas la flor.
Empañas tus pulgares
de insensatez” (p.34, haiku 112)

O también en:

“Muere un jabato.
Lo acorraló el miedo
de los lanceros”(p.84, haiku 310)

El estilo de los poemas se basa en la sencillez y en lo sutil. Cantan a la libertad y a la eternidad.
Pero también los hay que se salen del guión tradicional y hablan por ejemplo de la poesía (metapoesía):

“Todo poema
no es más que ciénaga, humo,
Hambre de luz.” (p. 88, haiku 325)

Los hay que jugando con la paradoja hablan de la religión:

“Sólo el Buda
paciente oye el cantar
de los cantares” (p. 78, haiku 285)

El libro termina también con brevedad con un jisey que para los no avezados es algo así como una última voluntad o despedida. En Joan de la Vega es:

“Últimos días
A pesar del dolor
Soles y lunas” (p.101, jisey)


365 haikus y un jisey, arte y naturaleza en comunión.

jueves, 3 de octubre de 2013

TRATADO DE ORNITOLOGÍA DE ANTONIO JIMÉNEZ PAZ


Tratado de ornitología
Antonio Jiménez Paz
Baile del Sol, 2013.
79 pp.
10 euros

Tratado de ornitología no es el último libro publicado de Antonio Jiménez Paz, es una reedición. De hecho en el prólogo que realiza su primer editor, Ernesto Suárez, ya nos advierte de que estamos ante una reedición del libro 20 años después, como los tres mosqueteros. Comento este hecho porque no nos encontramos ante el libro posterior a Casi todo es mío (2008, reeditado en el 2010), ya comentado en este blog, y a pesar de Zoo sin fauna (2010) que es una antología personal y que contiene algún poema de este Tratado de ornitología.

A veces cuando se aborda una reedición hay la tentación de modificar el verso. Creo que no es este el caso y que se ha mantenido el conjunto, versos e imágenes. Así pues nos encontramos ante un libro del autor de hace veinte años. Pero del mismo modo ya se vislumbran diversas características que lo enlazan con textos posteriores: un afán de abarcar con pocas palabras por eso el verso es sucinto y tiene siempre diversas lecturas. En este caso es muy visible el uso de la paradoja porque las distintas lecturas dan lugar a ideas aparentemente fuera de lo que consideramos habitual:

(p.32) “Había un pájaro
que no sabía dónde
aguardan los árboles
que nunca vuelan”

o en:

(p.36) “ en el pío-pío
de un pájaro inclinado
 al silencio”

o también en:

(p.61) “Pájaro sobre pájaro.
Así se construye un árbol.
Árbol sobre árbol.
Así se construye un nido”

Baste decir que su lenguaje, y, sobre todo, su uso, aparentemente cerrado, aparentemente dubitativo es sólo una excusa para buscar un lenguaje, un motivo para jugar con el lector. En este caso, y especialmente en este Tratado de ornitología, donde además se une la imagen, una imagen que aparentemente nada tiene que ver con el texto. Imágenes de cuerpos desnudos y de lucha mientras los textos hablan de pájaros.

En la contraportada José Ismael Gutiérrez habla del esencialismo de las palabras de Antonio Jiménez Paz, esencialismo en querer expresar mucho con poco, esencialismo que aborda la incertidumbre de la palabra y de su búsqueda. ¿Quizá no existe la palabra justa? ¿Quizá lo que no hay es una única forma de expresar una cosa sin quizá poder expresar la opuesta? ¿Qué propósito tiene el autor al incrementar esa incertidumbre no añadiendo títulos a sus poemas –exceptuando precisamente el último-?

Tratado de ornitología habla de pájaros. Los pájaros sugieren libertad, sugieren salir de lo habitual, aquí son también una excusa para hablar de otras cosas.
(p.19) “Hay pájaros que merecen versos.

Hay palabras
que en sus vuelos
no se deberían cruzar”

Y la imagen que sigue al texto es una invitación.
Y en esa excusa para hablar de otras cosas hay también un gesto de humor:

(p.25) “El sol no asoma
hasta que las aves
recién peinadas
se alinean sobre las ramas”

Y parece que también hay lugar para la crítica:

(p.29)”Algunos pájaros revolotean
golpeando un cuerpo tranquilo,
machucando el alfabeto
por un grito misericorde”

¿O es que acaso no hay personas, incluso escritores y poetas, que con sus palabras machucan el lenguaje?
Y frente a eso el autor no hace más que jugar una y otra vez con el lenguaje:

(p.35)” De tus mil y una noches
dame tres o cuatro para mis días”

Y del amor:

(p.35)“Podríamos jugar en serio,
podríamos hacerlo, mi amor,
de vez en cuando”

Al final uno acaba extrayendo pequeñas conclusiones vitales:

(p.42) “El cielo es un ensayo
 general”

Y el pájaro parece sólo tener una única certidumbre: su vuelo.

(p.53) “Ave migratoria,
te veo llegar y partir”

Hasta la renuncia:
(p.54) “Vuélame tú”





lunes, 2 de septiembre de 2013

MARY BARTON DE ELIZABETH GASKELL




Mary Barton
Elizabeth Gaskell
Traducción: Miguel Temprano García
Alba Editorial  2012
479 pp
30 €


Elizabeth Gaskell (1810-1865) fue una novelista inglesa que vivió en la época victoriana. Nació en Chelsea, cerca de Londres. Su padre fue pastor de la iglesia unitaria, una iglesia tolerante y progresista, lo que permitió que Gaskell pudiera tener una buena educación.

Cuando era un bebé su madre falleció y éste sería un tema recurrente en su obra, especialmente en Mary Barton. El padre volvió a casarse por lo que Elizabeth Gaskell pasó una buena parte de la infancia con su tía, en Knutsford, Cheshire. Esta población quedaría inmortalizada en la maravillosa novela Cranford (1853).

En 1832 se casó con William Gaskell, también reverendo de la iglesia unitaria y con una vida literaria reconocida. Establecieron su residencia en Manchester, cerca de la zona industrial. Esto contribuyó a que parte de su obra contenga una importante carga social: Mary Barton, Norte y Sur (1854), por ejemplo.

Como consecuencia de las obligaciones de su marido, Elizabeth Gaskell conoció de cerca la vida de los obreros de Manchester, su precaria situación económica y las consecuencias de la Revolución Industrial. En ambas novelas se puede observar lo que provocó la crisis en el sector textil: el desempleo,  el hambre, los movimientos obreros, las huelgas y las diferencias sociales entre obreros y patronos.

Elizabeth Gaskell fue una escritora de tendencias progresistas. El ambiente que la rodeaba era de intelectuales, disidentes religiosos o reformadores sociales. Alguna de las personas que frecuentaban su casa, el 84 de Plymouth Grove, (hoy en ruinas) fueron Charles Dickens y Charlotte Brontë, entre otros.

Mary Barton fue su primera novela. La publicó en 1948  de forma anónima y obtuvo un gran éxito.  En ella se narra la historia de Mary Barton,  una muchacha muy bella y  de la cual están enamorados dos hombres, Jem Wilson, obrero de una fundición y enamorado de ella desde que eran niños y Harry Carson, un joven adinerado, hijo de uno de los patronos de una empresa textil de Manchester, que se encapricha de ella.

Mary coquetea con Harry aunque no está enamorada de él. Realmente coquetea con la ilusión de vivir en la abundancia, de ser rica. Cuando Jem le declara su amor ella le desprecia pero será en ese momento en que  ella se dará cuenta de lo que siente por él.

Un crimen inesperado hará que se convierta en la heroína de esta novela.

La trama de Mary Barton gira en torno a las  revueltas sociales  como consecuencia de la Revolución Industrial,  la pérdida de seres queridos  provocada por las enfermedades derivadas del hambre, de la miseria y de la falta de recursos económicos y las diferencias irreconciliables entre los propietarios de las empresas textiles y los obreros: “Las fiebres (como ocurría a menudo en Manchester) eran tifoideas causadas por las míseras condiciones de vida, la suciedad del barrio y el desánimo del cuerpo y del espíritu. Eran virulentas, malignas y muy contagiosas”. (pág. 84).

 Elizabeth Gaskell perdió a su único hijo cuando era pequeño y, en esta obra, utiliza esta vivencia para describir escenas desgarradoras de la muerte de niños por falta de alimentación. De la misma manera que utiliza la falta de la figura materna para justificar alguna de las decisiones que toma Mary.

En el prólogo, escrito por Elizabeth Gaskell, ya nos da una idea de cuál va a ser la temática de la novela: “Siempre había tenido una gran simpatía por esos hombres angustiados, que parecían condenados a luchar toda su vida con el trabajo y la necesidad (…)”. Es un prólogo que pese a estar escrito en 1848 es muy actual: “Por ahora, mi impresión es que han dejado a los obreros en un estado en que las lamentaciones y las lágrimas se dejan de lado por inútiles, y en que los labios se aprietan para maldecir y los puños se cierran dispuestos a golpear”.

Bajo la historia de amor que nos narra en Mary Barton, Elizabeth Gaskell  hace una dura crítica sobre  la situación social en la que viven los obreros de las grandes ciudades: “La indigencia y el sufrimiento de los operarios de las fábricas llevaba a sospechar a muchos de ellos que los legisladores, los magistrados, los patronos e incluso los sacerdotes eran, en general, sus opresores y sus enemigos, y estaban confabulados para oprimirlos y explotarlos” (pág. 112).

Es muy significativa la voz del padre de Mary, John Barton. Tejedor en una empresa textil, sindicalista y, como muchos de los trabajadores de estas empresas,  se quedó sin trabajo como consecuencia de la mecanización de las fábricas y de las crisis. Recuerda mucho a Higgins, el amigo de Margaret Hale en Norte y Sur.

Tiene una clara conciencia de clase y siente  una tremenda animadversión hacia los patronos: “¿Y qué bien me han hecho para que les tenga simpatía? (…).Cuando estoy enfermo, ¿vienen a cuidarme? Cuando mi hijo yace moribundo (…), ¿acaso vienen a traerme vino o el caldo que podría salvarle la vida? Y, si me quedo varias semanas sin trabajo cuando vienen mal dadas y llega el invierno con las negras heladas y el viento de levante y no hay carbón en la estufa, ni mantas para la cama y se marcan las costillas por debajo de la ropa hecha jirones, ¿comparte conmigo el rico su abundancia como debería hacer, si su religión no fuese un camelo? (…). No, los únicos que se preocupan por los pobres son los pobres”. (pág. 23-24). Toda una declaración de intenciones.

El lector podrá darse cuenta que es una novela con una temática muy actual. El detonante de la muerte de Harry Carson no es más que la ira de unos hombres desesperados porque no tienen nada que ofrecer a sus familias y el joven rico, en la reunión entre una delegación de obreros y el patrón, hace la caricatura de uno de los sindicalistas, riéndose de su precaria fisonomía. Hace unos días pudimos ver en los medios de comunicación como unos jóvenes adinerados, delante de la Audiencia Nacional, se reían de la desesperanza de unos ciudadanos, en su mayoría pensionistas, afectados por la estafa de las acciones preferentes de una entidad bancaria. Han pasado más de ciento cincuenta años y seguimos igual.

Es muy curiosa la presentación de los capítulos de Mary Barton. Siempre los inicia con un poema, canciones o citas de la Biblia, y siempre tienen que ver con la trama del capítulo. Esta técnica también la utilizó en Norte y Sur.

He de reconocer que Elizabeth Gaskell es una de mis escritoras preferidas. He releído varios de sus libros y nunca me canso de leerlos. Es una gran escritora.  Recomiendo las series británicas de la BBC que están basadas en sus novelas: Cranford, Regreso a Cranford, Esposas e Hijas y Norte y Sur.

Realmente el lector no se sentirá defraudado con la lectura de Mary Barton, o con cualquiera de las obras de la señora Gaskell.

domingo, 18 de agosto de 2013

LA SEGUNDA VIDA DE VIOLA WITHER DE STELLA GIBBONS


La segunda vida de Viola Wither
Stella Gibbons
Traducción: Laura Naranjo y Carmen Torres García
Ed. Impedimenta, 2013
453 pp
22,75 €

Stella Gibbons (1902-1989) nació en Londres  en un entorno familiar de clase media inglesa y con un padre aficionado al alcohol y al láudano y  un profundo odio hacia las mujeres. Esto fue utilizado por Stella Gibbons en parte de su obra y, quizás, uno de los personajes de esta obra, Victor Spring, sea el reflejo de lo que ella vivió. Fue periodista y escritora de novelas, relatos y poesía, pero es reconocida especialmente por la novela  La hija de Robert Poste (1932)  y su secuela Flora Poste y los artistas (1949). 

Publicó La segunda vida de Viola Wither en 1938 y en ella nos narra las vivencias de Viola, una joven guapa y sencilla, hija de un aficionado al teatro  y que, a su muerte, la deja en una difícil situación económica.
Viola  decide casarse con Teddy Wither, joven adinerado y por el que no siente ningún cariño. Pero al poco tiempo este también fallece y ella se ve obligada a vivir con los padres de Teddy, en Essex, porque su marido también carece de fortuna.

Los señores Wither son una familia burguesa que vive en un entorno opresivo,  rural  y bastante aburrido. Él está obsesionado con el dinero y quiere controlar las inversiones de todos los miembros de su familia. Ella es una mujer sumisa y muy conservadora y en la novela su vida sufrirá un importante revés.

Además de su hijo fallecido tienen dos hijas solteronas e  inútiles: Madge, de treinta y nueve años, interesada por el deporte y  los perros  y Tina, de treinta y cinco, cuyo único interés es su cabello, la moda y los libros de psicología femenina.

Cuando Viola se instala en The Eagles (así se llama la casa de los Wither), no es muy bien recibida. La señora Wither no entiende cómo su hijo se casó con una vulgar dependienta y su suegro pretende controlar todo su dinero, sin saber que no tiene ninguna fortuna. De hecho, con la única persona con la que llega a tener una cierta amistad es con Tina.

La vida en The Eagles es bastante aburrida: “Madge no era muy ducha en interpretar sus sentimientos con claridad; solo sabía que siempre estaba más contenta en el desayuno que en la cena” (pág. 12) pero todo comenzará a cambiar cuando aparecen en escena algunos personajes masculinos: Victor Spring, un  joven apuesto y rico, del que se enamorará Viola y Saxon Caker, el guapo chofer de la familia Wither, del que se enamorará Tina.

La segunda vida de Viola Wither nos recuerda a La Cenicienta aunque los personajes no son como en el cuento. Ni Viola es una fregona ni Victor es un príncipe azul.

Todo empieza en un baile estival, en casa de los Spring. Victor, el primogénito de la familia, además de ser guapo y rico es un joven profundamente machista. Según Gibbons “su opinión era estúpida, retrógrada y ultramasculina. Nunca abandonaba la idea (…) de que a las mujeres había que mantenerlas ocupadas con algún entretenimiento puramente femenino como coser, arreglar flores o cuidar niños hasta que un hombre requiriera su atención” (pág 295).  A Victor “las mujeres que sobrevolaban océanos, ganaban carreras de coches, escribían novelas brillantes o dirigían grandes negocios no le despertaban ni un ápice de admiración” (pág. 295). Vamos, todo un dechado de virtudes. Pero Viola será muy feliz con él.

Como toda la obra de Gibbons, La segunda vida de Viola Wither es una novela inteligente y cargada de ironía. Stella Gibbons tiene una escritura clásica, no en vano es admiradora de Jane Austen. En Westwood criticaba la aristocracia londinense y en  esta novela lo hace de la burguesía rural con ciertos dejes victorianos: no tolerar matrimonios dispares, actuar de determinada manera por el qué dirán, en definitiva, aparentar.  Todo ello hace que alguno de  los personajes quieran huir de Sible Pelden para instalarse en Londres.

De hecho, el escándalo se produce cuando Tina se enamora de Saxon, el chófer de la familia, y se casa en secreto con él antes de que éste herede una fortuna:” me enamoré de él en cuanto llegó. Es muy guapo y en esta casa… (…) Ninguno de nosotros es guapo y la vida que llevamos tampoco es bonita. (…) Ninguna mujer puede resistirse a eso, compréndalo padre. Sobre todo una mujer de mi edad que lleva años hambrienta de sexo… “(pág. 307). Imagínense este comentario en 1938.

Y al final de la novela, cuando Viola y Victor se están casando en la Iglesia de Sible Pelden, Gibbons se atreve a desvelar cuál será el futuro de todos los personajes.

Es una novela magistral. Divertida, tierna, sensual, en donde viviremos fiestas estivales, escapadas nocturnas al bosque y bodas con final feliz. Una fantástica lectura para disfrutar durante las vacaciones de verano.



Es una suerte que Impedimenta celebre sus cien títulos con esta novela y ponga a nuestro alcance la obra de esta gran escritora y en estas ediciones tan cuidadas.

domingo, 11 de agosto de 2013

THOREAU, LA VIDA SUBLIME DE A. DAN Y LE ROY


Thoreau. La vida sublime
A.Dan y Le Roy
Traducción de Olalla García
Ed. Impedimenta, 2013
76 pp+12 pp
19,95 euros


No es habitual en este blog reseñar libros en formato cómic. Probablemente lo especial del proyecto, y el hecho de que sea precisamente Impedimenta la que haya publicado esta obra en España, lo que le da una especial trascendencia. El contenido de Thoreau. La vida sublime. tampoco es el habitual. No parece que la vida de un filósofo como Thoreau (1817-1862) pueda interesar excesivamente a la mayoría de la ciudadanía o a una gran cantidad de lectores. Sin embargo, probablemente, por lo especial del momento económico del país, pero también del momento mundial, y también desde el punto de vista político, ha habido muchos ojos que se han vuelto hacia ideologías que muchos consideraban caducas. Hay un resurgimiento del interés por el marxismo y también por el anarquismo. Así no parece extraño encontrarse con este cómic sobre la vida de un padre de lo que ha venido a llamarse la desobediencia civil. Y para entroncarlo con mi exposición inicial tomo esta cita M. Le Roy:

"Contra la mercantilización acelerada de las sociedades y de los hombres que las constituyen, contra el productivismo y el crecimiento desenfrenados, contra el reino de una oligarquía sobre el escenario democrático, contra la independencia y la soberanía de los pueblos, contra las expediciones imperialistas que se repiten en la más absoluta impunidad, su obra aún tiene algo que hacer. Ya no basta con indignarse"

Y hablando de indignación aprovecho para recomendar la lectura de algunos libros que de la misma temática he reseñado en este blog y cuyas críticas pueden leerse aquí:  ¡Indignaos! y ¡Comprometeos! del ya fallecido Stephane Hassel y Delito de silencio de Federico Mayor Zaragoza. 

Volviendo a Thoreau. La vida sublime, cuya ejecución debemos al guionista M.Le Roy y  al dibujante A. Dan, hemos de hablar de sus dos partes. Una primera de cómic y una segunda que viene a recoger algunos detalles de la vida de Thoreau. De la primera decir que la narración visual parte de la edad adulta del autor y cuando éste decide marcharse a vivir lejos de la civilización, solo, huyendo de la guerra y del mercantilismo, pero, incluso, en la soledad del bosque -donde escribe su obra Walden sobre la vida en los bosques- le alcanzan los ecos de la civilización y es detenido por impago de impuestos. Después vendrá su escritura y la acción política contra un gobierno esclavista y contra la guerra imperialista en México. Su gira por diversos puntos de los Estados Unidos, etc.

La segunda parte viene a tratar algunos datos de la biografía de Thoreau, así como de la pervivencia de su figura y de sus ideas. Hay una interesante cita que casi sirve de colofón al libro:

" Un siglo y medio después, en el contexto de una crisis financiera amenazante y con una crisis ecológica a la vuelta de la esquina, sus intuiciones proféticas nos abren los ojos a la peligrosa evolución de nuestra civilización e incitan al compromiso con otras alternativas"

Su obra sigue siendo imprescindible para entender la defensa de los derechos y la desobediencia civil.
Así tenemos un aconsejable libro que edita Impedimenta para abrir boca sobre un personaje que parece volver a la actualidad.

domingo, 14 de julio de 2013

CONJURO DE XÁNATH CARAZA


Conjuro
Xánath Caraza
Mammoth publications (EE.UU), 2012
140 pp.
12.30 euros

Conjuro es el segundo poemario que tengo la ocasión de reseñar de Xánath Caraza. En él también se encuentran un par de poemas que ya aparecían en Corazón pintado, su anterior libro. Uno de ellos, a mi modo de ver,  resume la idea general de la obra de Caraza. Su título es  Yanga. Un poema que nos sirve de explicación para entender porqué el poemario Conjuro está escrito en tres lenguas: español, inglés y náhuatl: La fundamental búsqueda de las raíces y también el significado de los orígenes de las palabras. Ese mismo poema, Yanga, sirve para unir a modo de pasarela ambos poemarios.

Cualquier lector perspicaz se apercibirá enseguida de la preocupación de la autora por los orígenes. No en vano sus libros vienen ilustrados por artistas chicanos. Pero la búsqueda y reivindicación de los orígenes es sólo uno de los temas que van saliendo una y otra vez en el poemario. Otro de los temas básicos es la defensa del papel de la mujer en la sociedad, desde sus orígenes a la sociedad actual. Muchos de esos poemas pretenden dar a conocer una visión femenina –“Fuerza femenina, ancestral (p.30)”- que durante largo tiempo ha sido despreciada o invisibilizada (p.37):

“Para celebrar  las mujeres  censuradas por la historia oficial”

O en (p.45):

“Amante, madre; amiga, enemiga,
Dueña, esclava,
Miedo, Fe; noche y dia,
Hoy y siempre, mujer.”

Un tercer tema que no se separa de los dos anteriores es la búsqueda de la comunión con la naturaleza (p.52):

“Quiahuiztlán, lugar de la lluvia
En la cima de la montaña de piedra volcánica guardas
Terrazas de tierra de sangre totonaca”

Esta trilogía de ideas unen los poemas y sirven de hilo conductor en una travesía donde el viaje también es un aspecto fundamental. El viaje a través de las culturas y el descubrimiento de otros paisajes y otros lugares.

Si bien hasta aquí podríamos decir que del libro hemos captado su estructura, también van saliendo otros temas de tipo social que preocupan a la autora, la pérdida de la inocencia, la obligación de convertirse en adultos para ser productivos (p.73):

“Ya no hay niños inocentes
Ni adolescentes rebeldes.
No hubo tiempo.
Sólo mujeres y hombres forzados a crecer”

O la preocupación por la educación (p.91):

“Tinta roja que censura.
Pensamientos evaluados.
Fin de semestre.
¿Es que el tiempo de la tinta verde llegará?”

También la poesía de X.Caraza es sensual. Lean entero su En las calles de Granada (p.130) o este pequeño fragmento de Mujer rodeada de agua (p.116):

“Aquí, sólo es café,
Color de la tierra.
Mujer rodeada de agua
Texturas de barro”

O esta pequeña sinestesia:

“Sinfonía acuática
Pintira musical
Lago impresionista”


Xánath Caraza. Poesía ancestral que busca orígenes, que no huye de la sensualidad, que se aproxima a la naturaleza. Poesía donde tan importante es el nombre como el adjetivo que lo recibe.

lunes, 8 de julio de 2013

LA LECTORA DE JADE DE FREDERIQUE DEGHELT



La lectora de Jade
Frédérique Deghelt
Traducción: Claudia Casanova
Principal de los libros, 2013
Páginas: 282
Precio: 18 €


Jade es una joven periodista y escritora novel. Vive en París y acaba de separarse de Julien. Cuando se entera de que a su abuela Jeanne (ella cariñosamente la llama Mamoune) la quieren internar en una residencia  después de que perdiera el conocimiento,  no duda en “secuestrarla”. Se la lleva a su casa bajo el beneplácito de su padre pero no de sus tías. Entre ambas mujeres se crea un vínculo muy especial donde Jade descubrirá a una Jeanne  que no conocía.

Jade ha enviado su novela a numerosas editoriales y siempre ha sido rechazada por lo que Jeanne se le ofrece para “echarle un vistazo”. Será entonces cuando Jade descubra que su abuela es una voraz lectora desde su juventud y le dará una visión de su novela que ella no vio.

Jeanne es una mujer octogenaria, viuda y con un secreto en su vida: le gusta leer a escondidas. “Llegué a los libros de golpe, como una intrusa. (…). Al abrir sus tapas, elegí lo peor que podía hacer una mujer de mi entorno. Contemplaba un mundo que tenía prohibido” (pág. 35).

En la época en la que ella era joven se consideraba que una mujer trabajadora no podía perder el tiempo leyendo y ella lo hacía a escondidas.” Les leía a los bebés extractos de Victor Hugo, de Flaubert o de Joyce (pág 30)”

 Ni su marido supo lo mucho que llegó a leer.  Escondía los libros en las tapas de una Biblia y subía a las montañas para poder leer. “(…) ocultaba los libros bajo el forro de piel de mi Biblia. Si supieras las obras, nada católicas, que devoré bajo las barbas de todos” (pág. 33).

Jeanne es una mujer llena de vida pese a sus ochenta años y sus problemas de salud. Decide ayudar a su nieta con la novela enviando el manuscrito a  editoriales y será  en uno de esos envíos cuando conocerá al hombre que le hará volver a  enamorarse  de nuevo y rememorar otras historias ya pasadas.
Mientras tanto, y a la vez,  Jade conocerá en el metro a Rajiv, un chico indio que hará que su vida cambie radicalmente pero sin dejar a Jeanne de lado.

Una de las cosas que más me ha gustado de La lectora de Jade son las reflexiones que hace Jeanne sobre la vida, los libros, el amor, pero sin caer en la ñoñería. Por ejemplo, cuando habla sobre la vejez hace unos comentarios muy divertidos:” Me acuerdo de un tiempo en que decir la palabra “viejos” no daba la sensación de ser descortés. Hoy en día no se puede decir eso, hay que decir “tercera edad”, como si fuera la cuarta dimensión”  o “ Rejuvenecer o desaparecer, esa es la elección (…) Hay que decidir vivir en un mundo en el cual se valora la edad que tenemos, mientras no la aparentemos” (pág.26).  O no tan divertidos: “A veces me pregunto de qué sirven los recuerdos que vuelven, tan intensamente, mientras que los detalles del día anterior se borran de la memoria” (pág. 111).

O, por ejemplo, cuando habla sobre sus lecturas clandestinas: (…) habría puesto mi biblioteca en la cocina (…) Después de algunos años, al abrir los volúmenes, habría escapado de sus páginas diversos aromas: romero para Maupassant, curry para Baudelaire, cebollas para… (pág. 61).

Aunque hay una frase  fantástica que define claramente a Mamoune y es la citada en la página 233: “¿Hay vida después de la juventud. En sí, la aventura de Mamoune ya constituía una sublime respuesta”.
Y cada lector descubrirá las  reflexiones que más le gusten.

 Y después de todo esto, nada es lo que parece…

La lectora de Jade es una historia de amor pero no sólo entre una pareja madura  (Jeanne y Albert) o una pareja joven (Jade y Rajiv) sino entre una abuela y su nieta. Es, si cabe, la más intensa historia de amor de la novela: “Jade se dio cuenta de que a su vida parisina le faltaba algo (…) ¿Cómo explicar entonces la plenitud que sentía al escuchar a Mamoune? (…) gracias a Mamoune, descubría los hilos que la conectaban con un mundo más antiguo, y sentía como si pudiera seguir el curso de la vida (…)” (pág 43).

Frédérique Deghelt es periodista y  ganó en 2010 el Prix Solidarité con La lectora de Jade. La novela está escrita en tercera persona cuando se trata de Jade y en primera persona cuando es Mamoune quien narra la historia, lo que hace que sea una lectura muy amena.

Es una novela fresca, tierna sin caer en la cursilería. Es una lectura para aquellas personas que nos gusta leer sobre libros. Hay un momento en el cual Jade le regala a Jeanne un volumen encuadernado en cuero de Jane Austen, Orgullo y Prejuicio y Sentido y sensibildad, ya que su abuela no ha leído a esta escritora y le comenta:”Tienes mucha suerte porque aún no los has leído- me dijo Jade con la envidia imposible que toda lectora siente al redescubrir por primera vez lo que una vez leyó y amó” (pág. 178). Yo estoy completamente de acuerdo con Jade.


Es un acierto por parte de Principal de los libros haber editado esta novela. Recomiendo que metan el libro  en la maleta y lo lean para sobrellevar los rigores del clima estival. No se arrepentirán  dese el inicio hasta la última hoja.

sábado, 22 de junio de 2013

LOS HABITANTES DEL BOSQUE DE THOMAS HARDY



Los habitantes del bosque
Thomas Hardy
Traducción y postfacio de Roberto Frías.
Editorial Impedimenta, 2012
452 páginas
19,95 €


Thomas Hardy (1840-1928) nació en Dorset, lugar que constituiría el estado imaginario de Wessex en el que ambienta todas sus novelas. Inicialmente trabajó en la construcción ya que su padre era maestro de obras.  Mientras trabajaba fue escribiendo  poesía pero como no  tuvo mucho éxito se dedicó a la novela. Fue a partir de 1874, y coincidiendo con su primer matrimonio, cuando ya pudo vivir de la literatura.

Los habitantes del bosque (1887) transcurre en un pueblecito del condado de Wessex, Hintock,  rodeado de bosques. Sus habitantes viven del comercio de la madera. El hombre más próspero del pueblo, George Melbury, tiene una preciosa y delicada hija, Grace, a la que envía fuera del pueblo para recibir una refinada educación.

Cuando regresa junto a su familia, Grace deberá casarse con Giles Winterborne, ya que el señor Melbury, padre de Grace,  adquirió el compromiso con el joven.   Pero las circunstancias han cambiado y  el señor Melbury verá que Giles está socialmente por debajo de su hija.

A la misma localidad ha llegado un joven médico, Edred Fitzpiers, de procedencia aristocrática y con una cultura excepcional. Siempre está rodeado de libros y los vecinos del pueblo dudan de su habilidad como médico. Este será el candidato preferido para George Melbury como marido para su querida Grace aunque nadie ha tenido en cuenta el parecer de ella.

Los habitantes del bosque está considerada una joya de la literatura victoriana y realmente lo es. Es de una escritura delicada, llena de poesía dentro de la prosa. Son espectaculares las descripciones del bosque donde está situada la acción de la obra así como los fantásticos  personajes que en ella aparecen.

George Melbury, el padre de Grace, es un respetado  hombre de negocios de la madera y de todo lo que tenga que ver con los productos del bosque. Cuando tuvo a su única hija decidió que tendría la educación que él no pudo tener, así que la envió fuera del pueblo. Hay que decir que el señor Melbury no escatima en halagos hacia su hija. Para él es muy importante ascender en la escala social y es capaz de hacerle a su hija la siguiente reflexión con el fin de que ella pertenezca a la élite dentro de la sociedad: “Si alguna vez llegas a encontrarte conmigo, Grace, puedes pasar de largo y mirar hacia otro lado. No esperaré que me hables, lo que se dice hablarme, a menos que suceda en un lugar solitario y privado que no afecte a tu categoría” (pág. 195).

Grace Melbury es una mujer guapa y cultivada.  Pese a todo su refinamiento y al empeño de su padre de que se codee con personas de su mismo estatus, a ella le gusta la tranquilidad y la conversación de los habitantes de Hintock y las circunstancias la llevarán a un matrimonio nefasto.

El resto de personajes son realmente ricos en matices: Giles Winterborne, trabajador incansable del bosque y elaborador de sidra, está enamorado de la hija de su protector, el señor Melbury y, pese a todo el amor que le profesa,  será consciente de que su condición social está por debajo de lo que ella se merece. Thomas Hardy hace una descripción bellísima de él: “Por su aspecto y por su olor, Giles parecía el hermano mismo del otoño” (pág. 248).

Edred Fitzpiers  es el apuesto médico rural. Procede de una familia aristocrática venida a menos y posee  una gran afición a la ciencia. Es un hombre con un gran concepto de sí mismo y considera que la relación que pueda tener con Grace está por debajo de sus posibilidades: “Una cosa sí estaba clara: cualquier vínculo con ella solo podía ser informal, por la  debida atención que el doctor ponía en su propio futuro. A lo sumo, podía corresponder a la naturaleza de una leve seducción, pues él tenía ambiciosas metas que algún día le llevarían a esferas muy diferentes” (pág 154-155). No obstante, la belleza y la inteligencia de ella le llevarán al matrimonio.

Entre todos estos personajes aparece la señora Charmond. Una viuda exuberante y sensual que volverá loco a uno de los personajes.

Durante toda la narración ocurrirán  una serie de sucesos que determinarán la vida de Grace. Todo lo que acontece a los jóvenes ocurrirá de manera trepidante y con un final sorprendente que no deja indiferente al lector.

Thomas Hardy  escribió una  novela muy atrevida para la época. Hay momentos en los que los personajes tienen una fuerza sensual inusual en la época: “De hecho, él estaba sosteniéndola con sus brazos, como si tuviera la impresión de que se hallaba muy confundida y en peligro de caer. En cuanto Grace pudo recobrar la compostura, se deshizo con suavidad de su apoyo (…)”. Esto sucede de noche, en el bosque y en el trascurso de una fiesta pagana, la del solsticio de verano.

Otra cosa que sorprende es que el escritor plantea la posibilidad de que una mujer pueda separarse de su marido. Esto, en la época,  es impensable. Tal como nos explica el traductor de la novela,  Roberto Frías, en 1857 y durante el reinado de Victoria el divorcio era aprobado cuando se hubiera cometido algún delito: violencia, incesto, sodomía o abandono injustificado por más de dos años y no por causa de adulterio por parte del marido. El padre de Grace intentará por todas las vías posibles que el matrimonio de su hija sea disuelto.

Llama la atención que la mayoría de los personajes citan en sus diálogos a escritores o filósofos clásicos, o citas de la Biblia. El señor Melbury lee a Galeno, Hipócrates o Herófilo: “Leyó sobre Galeno, Hipócrates y Herófilo; sobre los dogmáticos, los empíricos, los herméticos y otras sectas de médicos que habían surgido a lo largo de la historia.” (pág. 196).

Es muy recomendable el postfacio escrito por Roberto Frías “Cuando la imaginación es la esclava de una circunstancia inalterable”: Entre muchas explicaciones  nos dice que la  crítica del momento maltrató a Los habitantes del bosque ya que en ella Thomas Hardy denuncia los problemas de inmovilismo social, de la concepción de la mujer como objeto con valor de cambio. Hay un ejemplo que lo describe: cuando Fitzpiers le solicita al señor Melbury el poder ver a Grace, Melbury se sorprende y le hace la siguiente reflexión: “Siempre dije (…) que algún día mi Grace dejaría su marca en el nivel que le corresponde (…) Si no tienes un buen material con el que trabajar, estos esfuerzos son un desperdicio y pura vanidad (…) Pero cuando tienes un material tan bueno, es casi seguro que valdrá la pena” (pág, 188-189). Habla de su hija como si estuviera intentando comerciar con la madera.

Como consecuencia de este maltrato por parte de los críticos decidió  abandonar la novela y  dedicarse a la poesía.

Thomas Hardy es un escritor poco conocido dentro de la literatura victoriana y es una pena. Cualquiera de sus novelas es una joya. Disfruté mucho con Unos ojos azules (1873) y El alcalde de Casterbridge (1886). Las más conocidas, quizás, son Lejos del mundanal ruido (1874) o Tess la de los d’Urberville (1891) esta llevada a la televisión como serie de la BBC,  pero Los habitantes del bosque es verdaderamente una maravilla. Hay que agradecerle a Impedimenta que haya publicado  esta obra  y, como siempre, en una edición muy cuidada.


Invito a aquellos lectores que gusten de la literatura victoriana que se adentren en el mundo de Hardy. Estoy segura de que  no quedarán defraudados.