lunes, 9 de diciembre de 2013

INOCENCIA DE PENELOPE FITZGERALD




Inocencia 
Penelope Fitzgerald 
Traducción: Pilar Adón
Epílogo: Terence Dooley 
Editorial Impedimenta 2013 
341 pág. 
22,75 €


Penelope Fitzgerald (1916-2000) fue novelista, poetisa, ensayista y biógrafa inglesa  aunque comenzó a escribir a una edad tardía. Perteneció a una familia de intelectuales: teólogos, literatos, criptógrafos. Ella fue educada en importantes colegios de Oxford, entre ellos Wycombe Abbey (el Eton masculino).

Publicó Inocencia en 1986. La novela transcurre en la Italia de 1950, concretamente en la Toscana, en Florencia. Chiara Ridolfi, la protagonista, acaba de salir de un internado inglés  y un tanto exclusivo. La joven pertenece a una antigua familia de nobles italianos venida a menos y un tanto peculiares. Es magnífica la explicación, al inicio de la novela, de la historia de la villa de la familia Ridolfi, la Ricordanza, conocida popularmente como “los Enanos”.

Todo comienza cuando Chiara le dice a su padre que se quiere casar con un médico, el doctor Salvatore Rossi, al que conoció en un concierto de música clásica.

Inocencia es una novela inteligente, sensual pero que provoca cierta dosis de ansiedad en el lector. Tendrá desde el primer momento la sensación de que la relación entre los protagonistas es absolutamente destructiva.

La escritora dibuja a los personajes con una carga psicológica importante, tanto a los principales como a los secundarios.

La protagonista, Chiara Ridolfi, es una mujer joven y hermosa pero muy indecisa: “Su manera de enfrentarse a lo que fuera que se le viniera encima quedaba a medio camino entre el entusiasmo y la timidez (…)” (pág. 37).

Salvatore Rossi es médico en el Hospital de San Agostino, especialista en neurología. Es un hombre trabajador e inteligente pero con un carácter tremendamente egoísta y egocéntrico. Su padre era comunista y amigo personal de Gramsci, de hecho es uno de los personajes que aparece brevemente en la novela. La visita al hospital que le hacen Salvatore y su padre cuando está cerca de su muerte marcará la vida del protagonista.

Penelope Fitzgerald hace una descripción muy acertada  de Salvatore: “Debía salir de Bolonia como un hombre al que no pudieran distinguir por nada, ni por su procedencia ni por su carácter; tenía que ser pura y simplemente el joven doctor Rossi, hecho a sí  mismo, capaz de tomar sus propias decisiones” (pág. 70).  

La filosofía de Salvatore: “Si haces lo que esperan de ti (…) dejarás de ser una persona especial. Como médico, debo saber lo que es lo normal y asumir que cualquier vacilación en esa normalidad es una señal de peligro. Como ser humano, debo hacer justo lo contrario.”  (pág. 69).

En toda la narración de Inocencia, Salvatore demuestra un carácter fuerte, dominante, incluso, en ocasiones, antipático pero intentará en todo momento estar junto a Chiara. Está obsesionado con ella. En cuanto a Chiara, al lector le apetecerá protegerla. Está enamorada y también hace lo imposible por estar junto a Salvatore.

Merecen especial atención los personajes secundarios: Maddalena, la hermana de Giancarlo Ridolfi y tía de Chiara, es una mujer singular. Es la responsable del Refugio para los Indeseados, o sea, ancianos y bebés: “Unos desdentados podrán convivir pacíficamente con otros desdentados” (pág. 20).

O Cesare, el primo de Chiara, encargado de Valsassina, la granja familiar, un hombre silencioso y asocial: “Nunca decía nada a menos que fuera absolutamente necesario. Para él la conversación no era en ningún caso una de las artes de la vida ni un entretenimiento (…)” (pág. 27).

Y qué decir de Barney, amiga de Chiara: una joven inglesa decidida y atrevida. Todo lo contrario de Chiara: “la quería por su habilidad para deshacerse de los obstáculos” (pág. 85).

Y entre todos los personajes está Italia y concretamente la Toscana. La luz, las casas señoriales, los viñedos. La calidez del paisaje se transmite en las palabras de la escritora. Es muy acertada la ilustración de la portada de la novela que hace la editorial Impedimenta.

Es muy aconsejable el epílogo de Terence Dooley, Amena Stanza, albacea y amigo personal de Penelope Fitzgerald. En él hace una extensa explicación sobre  la novela. De hecho  opina  que “Inocencia es la más hermosa de las tragicomedias de Penelope Fitzgerald” (pág.331).

Inocencia, de  Penelope Fitzgerald, es una buena elección para regalar en estas fiestas navideñas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario