Poemas de destrucción masiva
Rafael
Calero Palma
Ed.
Alhulia, 2015
64
páginas
¿De
qué materiales construimos las vidas? ¿Qué lugar ocupan nuestras experiencias
diarias en ellas? Rafael Calero Palma construye un poemario que parece dar
respuesta a las preguntas, en el que tan
importante es la reivindicación como la vivencia diaria. Todo forma parte de
uno mismo, en este caso del autor. De ahí que se sucedan unos a otros. Poemas
de amor, de queja, poemas satíricos, pequeñas experiencias, reflexiones. Un
variopinto poemario que parece destinado a cubrir todas las facetas en la vida
del ser humano y, por añadido, del poeta.
Poemas de destrucción masiva se nos revela como un poemario directo, sin ambages,
sin subterfugios, sin figuras retóricas. Desde el primer momento el autor, con
un título tan singular y tan cercano, nos da un contexto certero de los
derroteros por los que circulará el libro. Una obra destinada a todo el mundo,
lector o no de poemas. Tal es su virtud. Frente al anterior, El placer de ver morir a un ángel, un
poemario más reivindicativo, en este descubrimos la periferia del autor, todos
esos haces que crean la luz, la chispa final. También el cambio de estilo es
notable. En aquél había un sentido metafórico que impregnaba los poemas al
utilizar la palabra ángel como sinónimo de ser humano, también había mucha más
reflexión. El presente es un libro más directo, más entendible a primera vista,
más metido en el ojo del huracán.
Podríamos
dividir en dos los tipos de poemas que encontraremos. Por un lado los que
tienen un trasfondo político, social o, simplemente, reivindicativo. Por el
otro los que se refieren a temas más íntimos y personales: el amor, la familia,
la cotidianidad, etc…
Especial
atención merece el poema ¿Para qué sirve
un poeta español contemporáneo? (pag. 41-43), un poema ácido, en el que bajo una capa de ironía se esconde
una gran denuncia sobre lo amañada que está la vida literaria y la falsedad del
mundo que rodea la escritura. El autor exhibe una cierta amargura a través de
ejemplos que, sin duda, un lector avispado sabrá dar nombres y apellidos.
“Un
poeta español contemporáneo puede publicar sus ver-
sos
basura en columnas semanales, en revistas como
Interviú
o diarios como Público.” (p.41)
Una
de las características estilísticas del libro es la reiteración, ya sea de
palabras, de esquemas o de ritmos con los que se pretende dar relevancia a una
idea central. Reiteraciones en el esquema las encontramos ya en el primer
poema: Esto no es poesía (p. 11-13):
“Esto
no es poesía,
dice
mi mujer.
Esto
no es poesía,
dicen
mis amigos (…)”
y
también en:
“Porque
esto es un grito de rabia.
Porque
esto es una guerrilla urbana (…)
En
el primer caso con la repetición del verso “Esto no es poesía” se reitera el
esquema. En el segundo caso bajo la fórmula reiterativa “Porque esto es“. Ocurre en otros tantos
poemas. El autor quiere remarcar algunas ideas.
En
otras ocasiones uno puede captar algunas señales de los autores o creadores que
han influido en el poeta: contemporáneos
y cercanos en preocupaciones sociales y temáticas dentro de la corriente de
poesía de la conciencia crítica como Jorge Riechmann, mitos musicales como
Leonard Cohen, poetas ya fallecidos como José Agustín Goytisolo, Federico
García Lorca, Pablo Neruda, etc, y, especialmente, a Whalt Whitman –al que se dirige en un largo
poema final destacable (p. 58-63) casi a modo de oración-.
Poemas de destrucción masiva es un poemario en el que voluntariamente nos podemos
detener, avanzar o retroceder, pero es un poemario, como el anterior también,
en el que la carga humana es fundamental. Rafael Calero parece golpearnos con
reflexiones que nos resitúan en el sendero correcto, aquel que nunca deberíamos
haber abandonado.