sábado, 26 de diciembre de 2015

LA CHAISE-LONGUE VICTORIANA DE MARGHANITA LASKI

La chaise-longue victoriana
Marghanita Laski
Traducción de Laura Salas Rodríguez
Prólogo de Isabel Núñez
Automática editorial, 2012
139 páginas
16,50 €

Marghanita Laski  (Manchester, 1915-1988), sobrina del intelectual socialista Harold Laski. Pese a que nació en una familia judía, fue una atea convencida. Desarrolló gran parte de su carrera en los ámbitos académico y literario. Trabajó como periodista y ejerció como crítica literaria, siendo una participante habitual en programas radiofónicos como The Brains Trust y The Critics, y escribió ensayos sobre Jane Austen y George Eliot. Publicó varias novelas entre la que destaca  La chaise-longue victoriana que P.D. James calificó  como «la novela corta más aterradora y hábilmente contada de la década».

Melanie Langdon es una joven que, como consecuencia de una tuberculosis sobrevenida durante el embarazo, es obligada a permanecer en reposo. Pertenece a una familia burguesa -su marido es un joven abogado con una carrera prometedora- ahora tiene un hijo y vive en la más absoluta felicidad si no fuera por la enfermedad que la deja postrada en la cama y que a duras penas le ha permitido ver a su hijo.

Después de las últimas pruebas médicas, el doctor Gregory la autoriza a salir de la habitación pudiendo pasar varias horas en el salón. Es allí donde está situada la chaise-longue “fea, tosca y extraordinaria, tenía una longitud de poco más de dos metros y una anchura proporcional” (pág. 31), adquirida en una tienda de antigüedades.

Cuando se queda adormecida en la chaise-longue, su vida cambiará radicalmente: de encontrarse en un salón cálido, alegre y rodeada de personas que la quieren, pasa a un salón lúgubre, frio, oscuro y con un ligero olor a podrido.

Melanie no entiende la situación pero ve claramente que está viviendo una pesadilla de la que no puede despertar. En ese lado oscuro pasará de ser Melanie Langdon a ser Milly Baines y está en 1864.

En esa pesadilla estará rodeada de una serie de personajes siniestros: Adelaide, su hermana, que recuerda a la tía de Jane Eyre; el señor Endwordthy, el párroco; Philip, enamorado de Milly y que no puede hacer nada por ella.  Melanie se verá inmovilizada, abatida y tendrá que luchar para sobrevivir.

La protagonista está rodeada de secretos y prejuicios propios de una época en la que las mujeres no importaban. La autora aprovecha esos interrogantes de Melanie para reflexionar sobre las condiciones en que vivían las mujeres victorianas. Es muy interesante el prólogo de Isabel Núñez, La poética del horror clásico. Dice que una forma más de intensificar la impresión de encierro, la imposibilidad de desarrollar los propios potenciales y talentos que enfermaba y enloquecía a tantas mujeres (como las primeras pacientes de Freud), constreñidas a vivir tan sólo a través de sus maridos e hijos” (pág. IX).

Al principio de la novela se da un diálogo entre Melanie y Guy, su marido, en el que ella  misma reconoce que es más tonta en comparación a él. Guy le reafirma que la quiere tonta pero  el doctor Gregory reflexiona “no es la tontita que él se cree, ni mucho menos, es una criatura puramente femenina que se adapta a lo que su hombre quiere que sea. Tampoco diría que es inteligente, más bien astuta” (pág. 22).


La chaise-longue victoriana es una novela corta, terrorífica,  pero no entendida como un terror gore sino el terror de las antiguas novelas. Es desasosegante. No defrauda en absoluto. 

viernes, 4 de diciembre de 2015

CORAZONES EN BARBECHO DE CRISTINA MONTEOLIVA






Corazones en barbecho

Cristina Monteoliva

Edición de la autora, 2015

96 páginas

7,85 Euros (Amazon)



Cristina Monteoliva es una autora granadina, concretamente de Almuñecar. Tenía un blog de reseñas literarias llamado La biblioteca imaginaria y, ahora, vuelve al ataque con otro denominado La orilla de las letras. Se atrevió a escribir y comenzó con Elías y los ladrones de magia  y éste,  su segundo libro.


Corazones en barbecho está escrito en clave de humor y en él la autora critica los libros de literatura romántica no entendida como el movimiento literario, sino aquellas novelas rosas edulcoradas y cuyas portadas nos deleitan con cuerpos maravillosos de galanes musculados, con cabellos largos al viento y mujeres espectaculares, todos ellos editados en colores pastel.  


Para ello Cristina Monteoliva nos presenta a Fulgencia,  una mujer cuarentona  que ha entrado en la madurez haciéndose cargo de unos ancianos y ve como su vida se está desperdiciando. 


Todo empieza un lunes cuando la protagonista decide salir de Pueblo (así se llama el lugar de donde procede Fulgencia) a Ciudad para encontrar a su caballero andante, su verdadero amor: “Su verdadero amor debe de ser un hombre maduro, de entre treinta y cinco y cuarenta y cinco años, alto y, sobre todo, guapo. Si es moreno o rubio, le da igual. Incluso si fuera pelirrojo lo querría” (pág.13). Eso sí,  no debe ser joven porque no soportaría  las tonterías propias de la juventud. “A la mínima tontería, le darían ganas de soltarle una colleja” (pág.13).  Y si hay algo que le gusta a Fulgencia es dar collejas. 


Cuando por fin el tren llega a la estación, Ciudad le deparará una serie de divertidas vicisitudes que nos revelarán el carácter de Fulgencia. 


La protagonista de Corazones en barbecho es tremendamente cursi. La autora habla de ella en los términos de dama, doncella y Fulgencia se ofende tremendamente cuando la llaman señora; ella es señorita, lo que provoca bastantes carcajadas en la lectura de la novela. 


Ella tiene claro que en Ciudad encontrará a su enamorado, al hombre de sus sueños, pero también la libertad que la gran urbe le da al no sentirse reconocida por nadie. Poco a poco iremos viendo que Fulgencia está asfixiada por la vida en Pueblo, lo que hace que su carácter sea algo tosco pero, en el fondo,  tiene un gran corazón.


En todas las aventuras en las que se ve envuelta en Ciudad siempre acaba conectando por personas poco favorecidas económicamente llegando a darle dinero a más de una. 


Durante toda la jornada la protagonista recibe llamadas de Pueblo porque ha dejado al cuidado de su sobrina a los abuelos y, la joven, agobiada por la responsabilidad,  pretende que Fulgencia regrese inmediatamente. 


De alguna manera, pese al enfado que le provoca la situación  y pese a que el estar en Ciudad hace que respire unas cuantas horas,  reflexiona sobre qué será de ella  cuando se quede sola: “Fulgencia siente como cae sobre ella la peor de las condenas imaginables: la de vivir una vida anodina en un lugar que le gusta cada vez menos, haciéndose cargo de una casa que odia y unos ancianos que la asfixian” (pág.56).


Por eso pretende encontrar al hombre de sus sueños en Ciudad, ese que aparece en las trescientas cincuenta y cuatro novelas románticas leídas a lo largo de toda su anodina vida. Son muy divertidos los títulos que menciona Cristina Monteoliva.


Para saber si consigue al “fornido leñador de mirada profunda y sensual camisa de cuadros dispuesto a abrazar tierna pero apasionadamente a nuestra dama para, más tarde, llevarla amablemente a su cabaña, lugar en que se besarían hasta que se ocultara el sol” (pág. 9) deberán leer Corazones en barbecho de Cristina Monteoliva. No se arrepentirán de pasar un buen rato de lectura.

jueves, 26 de noviembre de 2015

COSAS QUE DECIDIR MIENTRAS SE HACE LA CENA DE MAITE NÚÑEZ




Cosas que decidir mientras se hace la cena

Maite Núñez

Editorial Base, 2015.

97 páginas

13,90 euros



Cosas que decidir mientras se hace la cena es el primer libro de Maite Núñez (1966). En él presenta un conjunto de relatos,  muchos de los cuales han sido premiados en diversos concursos literarios. La mayoría de estas narraciones transcurren en San Cayetano, lugar que no viene enmarcado geográficamente (A mí me recuerda a una urbanización de Tarragona a la que de niño solía ir, Roc San Cayetano). En dicho lugar conviven muchos de los personajes, algunos de los cuales van saltando de historia en historia. Esto ocurre con Félix Milar, dueño de una cadena de electrodomésticos –de hecho la cadena de electrodomésticos existe-,  Elena Medalho, Gambino, Irene Sims,  su hijo Phileas, etc


La enfermedad ocupa una parte de las narraciones. Enfermedad que se intuye en Irene Sims y que aparece a lo largo de los textos. Historia que es el meollo central de varios relatos.


Los personajes parecen un elenco de seres desorientados que intentan de algún modo retomar sus vidas, volver a una cierta monotonía. Incapaces de tomar decisiones, muchas veces las situaciones les superan y les dejan en un lugar incómodo para reanudar sus vidas. 


Los textos reflejan una cierta cotidianidad hermética pues el escenario parece ser un universo cerrado, como un experimento de laboratorio. 


A continuación resumo el contenido de los quince relatos que componen Cosas que decidir mientras se hace la cena:


En el relato que da título al libro, Cosas  que decidir mientras se hace la cena, Emma, la protagonista piensa en diversas cosas esperando a su pareja.


En Reciclaje, una mujer que ha perdido a su marido no sabe qué hacer con sus cenizas.


En El plano de Londres, un padre separado, Elías, viene a despedirse de su hijo pues se marcha a Londres. 


En Dry Martini, una prostituta, Gloria, promete a su hija, Camila, dejar el oficio.


En Todos los seres queridos –diría que mi favorito-, Irene Sims, una mujer con cáncer, busca contratar a alguien para que cuide a su hijo Phileas mientras combate la enfermedad.


¿Guardan las cenizas memoria del fuego? -precioso título- nos narra la vida de Adrián Kessler, hombre recién divorciado que recuerda sus tiempos de facultad y cuyo anhelo es volver a saber de su compañera de facultad, Irene Sims.  ¿Les suena?


Asimetría es un breve relato que habla de una mujer que ve la televisión y maldice a las mujeres que se operan los pechos.


En Planes de futuro dos mujeres, hermanas, unidas por la pérdida de sus maridos. A Vera se le ha muerto el suyo, a Maya la ha dejado.


En Miopía, Sonia llama a su ex, Tristán, con una variopinta excusa relacionada con sus lentillas.


Pelo, pestañas, cejas, la historia de Ivana, esposa de Félix Milar, el de la cadena de electrodomésticos, que acude a una tienda de pelucas. Tiene intención de adquirir una. Se intuye la enfermedad que ningún personaje desea nombrar. Notable relato.


En el semáforo cuenta una historia erótica con un personaje que encuentra a menudo junto al semáforo. La protagonista es Elisa Medalho, amiga de Ivana del relato anterior.


Edith, mujer aburrida, vigila San Cayetano. Vigila a sus vecinos, los Matuschek, cree que el marido ha matada a su mujer. En Panorama desde Primrose Hill.


Liturgia para mujeres despechadas habla de dos vecinos: una mujer, Nora, y un hombre, Marcelo. Ambas han perdido a sus parejas porque estas se han fugado juntos abandonándolos.


En Mudanzas, una pareja se separa pero siguen viviendo en el mismo edificio.


El relato que cierra el libro, Zona de sombrillas, otro de los mejores, vuelve a la historia de Irene Sims como deseando cerrar el círculo de estos personajes que han ido apareciendo en unas y otras historias.


Muchas mujeres, muchas vidas, muchas historias.


Notable ejercicio narrativo de Maite Núñez en este primer libro. Habrá que seguir su trayectoria.

lunes, 5 de octubre de 2015

POEMAS DE DESTRUCCIÓN MASIVA DE RAFAEL CALERO PALMA






Poemas de destrucción masiva
Rafael Calero Palma
Ed. Alhulia, 2015
64 páginas

¿De qué materiales construimos las vidas? ¿Qué lugar ocupan nuestras experiencias diarias en ellas? Rafael Calero Palma construye un poemario que parece dar respuesta a las preguntas,  en el que tan importante es la reivindicación como la vivencia diaria. Todo forma parte de uno mismo, en este caso del autor. De ahí que se sucedan unos a otros. Poemas de amor, de queja, poemas satíricos, pequeñas experiencias, reflexiones. Un variopinto poemario que parece destinado a cubrir todas las facetas en la vida del ser humano y, por añadido, del poeta.

Poemas de destrucción masiva se nos revela como un poemario directo, sin ambages, sin subterfugios, sin figuras retóricas. Desde el primer momento el autor, con un título tan singular y tan cercano, nos da un contexto certero de los derroteros por los que circulará el libro. Una obra destinada a todo el mundo, lector o no de poemas. Tal es su virtud. Frente al anterior, El placer de ver morir a un ángel, un poemario más reivindicativo, en este descubrimos la periferia del autor, todos esos haces que crean la luz, la chispa final. También el cambio de estilo es notable. En aquél había un sentido metafórico que impregnaba los poemas al utilizar la palabra ángel como sinónimo de ser humano, también había mucha más reflexión. El presente es un libro más directo, más entendible a primera vista, más metido en el ojo del huracán.

Podríamos dividir en dos los tipos de poemas que encontraremos. Por un lado los que tienen un trasfondo político, social o, simplemente, reivindicativo. Por el otro los que se refieren a temas más íntimos y personales: el amor, la familia, la cotidianidad, etc…

Especial atención merece el poema ¿Para qué sirve un poeta español contemporáneo? (pag. 41-43), un poema ácido,  en el que bajo una capa de ironía se esconde una gran denuncia sobre lo amañada que está la vida literaria y la falsedad del mundo que rodea la escritura. El autor exhibe una cierta amargura a través de ejemplos que, sin duda, un lector avispado sabrá dar nombres y apellidos.

“Un poeta español contemporáneo puede publicar sus ver-
sos basura en columnas semanales, en revistas como
Interviú o diarios como Público.” (p.41)

Una de las características estilísticas del libro es la reiteración, ya sea de palabras, de esquemas o de ritmos con los que se pretende dar relevancia a una idea central. Reiteraciones en el esquema las encontramos ya en el primer poema: Esto no es poesía (p. 11-13):

“Esto no es poesía,
dice mi mujer.
Esto no es poesía,
dicen mis amigos (…)”

y también en:

“Porque esto es un grito de rabia.
Porque esto es una guerrilla urbana (…)

En el primer caso con la repetición del verso “Esto no es poesía” se reitera el esquema. En el segundo caso bajo la fórmula reiterativa  “Porque esto es“. Ocurre en otros tantos poemas. El autor quiere remarcar algunas ideas.

En otras ocasiones uno puede captar algunas señales de los autores o creadores que han influido en el poeta:  contemporáneos y cercanos en preocupaciones sociales y temáticas dentro de la corriente de poesía de la conciencia crítica como Jorge Riechmann, mitos musicales como Leonard Cohen, poetas ya fallecidos como José Agustín Goytisolo, Federico García Lorca, Pablo Neruda, etc, y, especialmente, a  Whalt Whitman –al que se dirige en un largo poema final destacable (p. 58-63) casi a modo de oración-.

Poemas de destrucción masiva es un poemario en el que voluntariamente nos podemos detener, avanzar o retroceder, pero es un poemario, como el anterior también, en el que la carga humana es fundamental. Rafael Calero parece golpearnos con reflexiones que nos resitúan en el sendero correcto, aquel que nunca deberíamos haber abandonado.