Corazón pintado
Xánath Caraza
T.L.Press
(Kansas city, Misouri, EE.UU), 2012
42 pp
5 euros (8 $)
Corazón pintado más parece un pequeño adelanto de
algo más grande que vendrá con posterioridad. Así se llama este poemario, o quizá
debería decir plaquette, de Xánath Caraza. Digo poemario porque contiene poemas
aunque la mayoría de ellos ya han sido publicados en otros lugares. Sin embargo
guardan cierta unidad y cierta semejanza argumental. Xánath, estudiosa y
reivindicadora de la cultura chicana, muestra una preocupación por los orígenes,
por los ancestros y lo que le han legado. Tuve la ocasión de conocer a Xánath
Caraza en un encuentro de poetas en Barcelona con el trasfondo de dos
realidades culturales: la chicana y la charnega. El poemario está editado en
forma bilingüe en español e inglés e ilustrado por algunos artistas chicanos.
Tan solo contiene dieciséis poemas. La mayoría de ellos ocupan una página pero
algunos son más breves. El tema común que los recorre es el redescubrimiento de
sus orígenes pero también hay temas secundarios: el contacto con la naturaleza,
la pasión por algunos paisajes, la belleza, etc… Dejan descubrir una especial
sensibilidad utilizando palabras que sensualmente nos van dejando mensajes, a
veces con una cierta contundencia, aunque, la mayoría, relativamente serenos.
El tema principal del poemario creo que queda bien atrapado por el poema Yanga. En dicha composición se habla de
la esclavitud, de los orígenes africanos y para ello se van sucediendo las
palabras casi a modo de estribillo. Africanismos que se repiten y que se intercalan
como un coro. Y tras ese estribillo algunos resúmenes históricos que vienen a
recordar el pasado. Aquí unos versos que lo corroboran (p.8):´
“Este es mi poema para Yanga.
Mandinga, malanga, bamba.
Rumba, mambo, samba.
Palabras llegadas de África.”
Algo más de esos orígenes, de los paisajes recorridos y
recordados, viene desgranado en Olor a
Mar del Norte (p.26):
“No es el olor al mar que conozco
Este mar no huele a mi mar”
Y también en esta otra estrofa de El rebozo de Adelita (p.35):
“Telares de canela.
Con diseños de amaranto.
Producción ancestral”
De la relación con la naturaleza, que se intuye en algunos de
los poemas, como en el que da inicio al poemario y que se denomina Árbol de agua (p.6):
“Culebra roja deslizándose hasta mí
Silueta entre la bruma matutina”
Naturaleza, arte, todo uno, belleza al fin y al cabo. Del
poema Estrella blanca (p.12)
“Pintora de cactus
Guardiana de la vida
El blanco nace de tus entrañas”
Y del poema Floating Pink Shaman más de esa buscada
unión ancestral con la tierra, aquí unión cuasi mística:
“Al cactus de sabiduría eterna
Generaciones de conocimiento
Corren por tus venas”
Finalmente otro de los temas secundarios que he señalado
tiene que ver con la belleza, con su
búsqueda, con su contemplación, con el éxtasis. Qué mejor prueba que este breve
poema denominado Copalillo que
transcribo aquí en su integridad (p.22):
“Laberinto de ramas
De profundidad sin límite
Y rugosas texturas
Que arrulla la imaginación
En los torcidos troncos
Inicia el laberinto
De infinita sensualidad”
Xánath Caraza, Corazón
pintado. Sensualidad, naturaleza, belleza y reivindicación de los orígenes,
en la brevedad de estos pocos textos, para descubrir.
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