Mary
Barton
Elizabeth Gaskell
Traducción: Miguel Temprano García
Alba Editorial
2012
479 pp
30 €
Elizabeth Gaskell
(1810-1865) fue una novelista inglesa que vivió en la época victoriana. Nació
en Chelsea, cerca de Londres. Su padre fue pastor de la iglesia unitaria, una
iglesia tolerante y progresista, lo que permitió que Gaskell pudiera tener una
buena educación.
Cuando era un bebé su madre
falleció y éste sería un tema recurrente en su obra, especialmente en Mary Barton. El padre volvió a casarse
por lo que Elizabeth Gaskell pasó una buena parte de la infancia con su tía, en
Knutsford, Cheshire. Esta población quedaría inmortalizada en la maravillosa
novela Cranford (1853).
En 1832 se casó con William
Gaskell, también reverendo de la iglesia unitaria y con una vida literaria
reconocida. Establecieron su residencia en Manchester, cerca de la zona
industrial. Esto contribuyó a que parte de su obra contenga una importante
carga social: Mary Barton, Norte y Sur (1854),
por ejemplo.
Como consecuencia de las
obligaciones de su marido, Elizabeth Gaskell conoció de cerca la vida de los
obreros de Manchester, su precaria situación económica y las consecuencias de
la Revolución Industrial. En ambas novelas se puede observar lo que provocó la
crisis en el sector textil: el desempleo, el hambre, los movimientos obreros, las
huelgas y las diferencias sociales entre obreros y patronos.
Elizabeth Gaskell fue una
escritora de tendencias progresistas. El ambiente que la rodeaba era de intelectuales,
disidentes religiosos o reformadores sociales. Alguna de las personas que
frecuentaban su casa, el 84 de Plymouth Grove, (hoy en ruinas) fueron Charles
Dickens y Charlotte Brontë, entre otros.
Mary
Barton fue su primera novela. La publicó en 1948 de forma anónima y obtuvo un gran éxito. En ella se narra la historia de Mary
Barton, una muchacha muy bella y de la cual están enamorados dos hombres, Jem
Wilson, obrero de una fundición y enamorado de ella desde que eran niños y Harry
Carson, un joven adinerado, hijo de uno de los patronos de una empresa textil
de Manchester, que se encapricha de ella.
Mary coquetea con Harry aunque
no está enamorada de él. Realmente coquetea con la ilusión de vivir en la
abundancia, de ser rica. Cuando Jem le declara su amor ella le desprecia pero
será en ese momento en que ella se dará
cuenta de lo que siente por él.
Un crimen inesperado hará
que se convierta en la heroína de esta novela.
La trama de Mary Barton gira en torno a las revueltas sociales como consecuencia de la Revolución
Industrial, la pérdida de seres
queridos provocada por las enfermedades
derivadas del hambre, de la miseria y de la falta de recursos económicos y las
diferencias irreconciliables entre los propietarios de las empresas textiles y
los obreros: “Las fiebres (como ocurría a
menudo en Manchester) eran tifoideas causadas por las míseras condiciones de
vida, la suciedad del barrio y el desánimo del cuerpo y del espíritu. Eran
virulentas, malignas y muy contagiosas”. (pág. 84).
Elizabeth Gaskell perdió a su único hijo
cuando era pequeño y, en esta obra, utiliza esta vivencia para describir
escenas desgarradoras de la muerte de niños por falta de alimentación. De la
misma manera que utiliza la falta de la figura materna para justificar alguna
de las decisiones que toma Mary.
En el prólogo, escrito por
Elizabeth Gaskell, ya nos da una idea de cuál va a ser la temática de la
novela: “Siempre había tenido una gran
simpatía por esos hombres angustiados, que parecían condenados a luchar toda su
vida con el trabajo y la necesidad (…)”. Es un prólogo que pese a estar
escrito en 1848 es muy actual: “Por
ahora, mi impresión es que han dejado a los obreros en un estado en que las
lamentaciones y las lágrimas se dejan de lado por inútiles, y en que los labios
se aprietan para maldecir y los puños se cierran dispuestos a golpear”.
Bajo la historia de amor que
nos narra en Mary Barton, Elizabeth Gaskell
hace una dura crítica sobre la
situación social en la que viven los obreros de las grandes ciudades: “La indigencia y el sufrimiento de los
operarios de las fábricas llevaba a sospechar a muchos de ellos que los
legisladores, los magistrados, los patronos e incluso los sacerdotes eran, en
general, sus opresores y sus enemigos, y estaban confabulados para oprimirlos y
explotarlos” (pág. 112).
Es muy significativa la voz
del padre de Mary, John Barton. Tejedor en una empresa textil, sindicalista y,
como muchos de los trabajadores de estas empresas, se quedó sin trabajo como consecuencia de la mecanización
de las fábricas y de las crisis. Recuerda mucho a Higgins, el amigo de Margaret
Hale en Norte y Sur.
Tiene una clara conciencia
de clase y siente una tremenda
animadversión hacia los patronos: “¿Y qué
bien me han hecho para que les tenga simpatía? (…).Cuando estoy enfermo,
¿vienen a cuidarme? Cuando mi hijo yace moribundo (…), ¿acaso vienen a traerme
vino o el caldo que podría salvarle la vida? Y, si me quedo varias semanas sin
trabajo cuando vienen mal dadas y llega el invierno con las negras heladas y el
viento de levante y no hay carbón en la estufa, ni mantas para la cama y se
marcan las costillas por debajo de la ropa hecha jirones, ¿comparte conmigo el
rico su abundancia como debería hacer, si su religión no fuese un camelo? (…).
No, los únicos que se preocupan por los pobres son los pobres”. (pág.
23-24). Toda una declaración de intenciones.
El lector podrá darse cuenta
que es una novela con una temática muy actual. El detonante de la muerte de Harry
Carson no es más que la ira de unos hombres desesperados porque no tienen nada
que ofrecer a sus familias y el joven rico, en la reunión entre una delegación
de obreros y el patrón, hace la caricatura de uno de los sindicalistas,
riéndose de su precaria fisonomía. Hace unos días pudimos ver en los medios de
comunicación como unos jóvenes adinerados, delante de la Audiencia Nacional, se
reían de la desesperanza de unos ciudadanos, en su mayoría pensionistas,
afectados por la estafa de las acciones preferentes de una entidad bancaria.
Han pasado más de ciento cincuenta años y seguimos igual.
Es muy curiosa la
presentación de los capítulos de Mary
Barton. Siempre los inicia con un poema, canciones o citas de la Biblia, y
siempre tienen que ver con la trama del capítulo. Esta técnica también la
utilizó en Norte y Sur.
He de reconocer que
Elizabeth Gaskell es una de mis escritoras preferidas. He releído varios de sus
libros y nunca me canso de leerlos. Es una gran escritora. Recomiendo las series británicas de la BBC que
están basadas en sus novelas: Cranford,
Regreso a Cranford, Esposas e Hijas y Norte y Sur.
Realmente el lector no se
sentirá defraudado con la lectura de Mary
Barton, o con cualquiera de las obras de la señora Gaskell.
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