La lectora de Jade
Frédérique Deghelt
Traducción: Claudia Casanova
Principal de los libros, 2013
Páginas: 282
Precio: 18 €
Jade es una joven periodista y
escritora novel. Vive en París y acaba de separarse de Julien. Cuando se entera
de que a su abuela Jeanne (ella cariñosamente la llama Mamoune) la quieren
internar en una residencia después de
que perdiera el conocimiento, no duda en
“secuestrarla”. Se la lleva a su casa bajo el beneplácito de su padre pero no
de sus tías. Entre ambas mujeres se crea un vínculo muy
especial donde Jade descubrirá a una Jeanne
que no conocía.
Jade ha enviado su novela a
numerosas editoriales y siempre ha sido rechazada por lo que Jeanne se le
ofrece para “echarle un vistazo”. Será entonces cuando Jade descubra que su
abuela es una voraz lectora desde su juventud y le dará una visión de su novela
que ella no vio.
Jeanne es una mujer octogenaria,
viuda y con un secreto en su vida: le gusta leer a escondidas. “Llegué a los libros de golpe, como una
intrusa. (…). Al abrir sus tapas, elegí lo peor que podía hacer una mujer de mi
entorno. Contemplaba un mundo que tenía prohibido” (pág. 35).
En la época en la que ella era
joven se consideraba que una mujer trabajadora no podía perder el tiempo
leyendo y ella lo hacía a escondidas.” Les
leía a los bebés extractos de Victor Hugo, de Flaubert o de Joyce (pág 30)”
Ni su marido supo lo mucho que llegó a
leer. Escondía los libros en las tapas
de una Biblia y subía a las montañas para poder leer. “(…) ocultaba los libros bajo el forro de piel de mi Biblia. Si supieras las obras, nada católicas, que
devoré bajo las barbas de todos” (pág. 33).
Jeanne es una mujer llena de vida
pese a sus ochenta años y sus problemas de salud. Decide ayudar a su nieta con
la novela enviando el manuscrito a
editoriales y será en uno de esos
envíos cuando conocerá al hombre que le hará volver a enamorarse de nuevo y rememorar otras historias ya
pasadas.
Mientras tanto, y a la vez, Jade conocerá en el metro a Rajiv, un chico
indio que hará que su vida cambie radicalmente pero sin dejar a Jeanne de lado.
Una de las cosas que más me ha
gustado de La lectora de Jade son
las reflexiones que hace Jeanne sobre la vida, los libros, el amor, pero sin
caer en la ñoñería. Por ejemplo, cuando habla sobre la vejez hace unos
comentarios muy divertidos:” Me acuerdo
de un tiempo en que decir la palabra “viejos” no daba la sensación de ser
descortés. Hoy en día no se puede decir eso, hay que decir “tercera edad”, como
si fuera la cuarta dimensión” o “ Rejuvenecer o desaparecer, esa es la
elección (…) Hay que decidir vivir en un mundo en el cual se valora la edad que
tenemos, mientras no la aparentemos” (pág.26). O no tan divertidos: “A veces me pregunto de qué sirven los recuerdos que vuelven, tan
intensamente, mientras que los detalles del día anterior se borran de la
memoria” (pág. 111).
O, por ejemplo, cuando habla
sobre sus lecturas clandestinas: (…) habría puesto mi biblioteca en la cocina (…)
Después de algunos años, al abrir los volúmenes, habría escapado de sus páginas
diversos aromas: romero para Maupassant, curry para Baudelaire, cebollas para…
(pág. 61).
Aunque hay una frase fantástica que define claramente a Mamoune y
es la citada en la página 233: “¿Hay vida
después de la juventud. En sí, la aventura de Mamoune ya constituía una sublime
respuesta”.
Y cada lector descubrirá las reflexiones que más le gusten.
Y después de todo esto, nada es lo que parece…
La lectora de Jade es una historia de amor pero no sólo entre una
pareja madura (Jeanne y Albert) o una
pareja joven (Jade y Rajiv) sino entre una abuela y su nieta. Es, si cabe, la
más intensa historia de amor de la novela: “Jade
se dio cuenta de que a su vida parisina le faltaba algo (…) ¿Cómo explicar
entonces la plenitud que sentía al escuchar a Mamoune? (…) gracias a Mamoune,
descubría los hilos que la conectaban con un mundo más antiguo, y sentía como
si pudiera seguir el curso de la vida (…)” (pág 43).
Frédérique Deghelt es periodista
y ganó en 2010 el Prix Solidarité con La lectora de Jade. La novela está
escrita en tercera persona cuando se trata de Jade y en primera persona cuando
es Mamoune quien narra la historia, lo que hace que sea una lectura muy amena.
Es una novela fresca, tierna sin
caer en la cursilería. Es una lectura para aquellas personas que nos gusta leer
sobre libros. Hay un momento en el cual Jade le regala a Jeanne un volumen
encuadernado en cuero de Jane Austen, Orgullo
y Prejuicio y Sentido y sensibildad, ya
que su abuela no ha leído a esta escritora y le comenta:”Tienes mucha suerte porque aún no los has leído- me dijo Jade con la
envidia imposible que toda lectora siente al redescubrir por primera vez lo que
una vez leyó y amó” (pág. 178). Yo estoy completamente de acuerdo con Jade.
Es un acierto por parte de
Principal de los libros haber editado esta novela. Recomiendo que metan el
libro en la maleta y lo lean para
sobrellevar los rigores del clima estival. No se arrepentirán dese el inicio hasta la última hoja.
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