lunes, 6 de julio de 2015

ECONOMÍA DE GUERRA DE ANA PÉREZ CAÑAMARES





Economía de guerra
Ana Pérez Cañamares
Ediciones Lupercalia, 2014
125 páginas
13,95 euros

No hace falta ser poeta para apercibirse de la belleza. Sobre todo cuando hablamos de la belleza de las pequeñas cosas, hasta de la belleza de lo que se pierde. Cualquier ser humano es capaz de captar la ternura. Lo difícil es expresarlo. Y eso es lo que hace Ana Pérez Cañamares. Ya tuve la ocasión de reseñar aquí uno de sus libros, hace apenas un año: Las sumas y los restos. En aquel hallábamos un humanismo militante. En este Economía de guerra encontramos una belleza combativa.

Una de las características fundamentales , y yo diría básica ,que sostiene los textos de este libro son los finales de los poemas. Poemas que se van desgranando y cuyo epílogo siempre contiene un mazazo. Un verso que difícilmente se olvida. Algunos ejemplos:

(p.19) “aunque os declaráis laicos
todavía habláis desde un púlpito”

(p.23) “somos peces fabricando anzuelos”

(p.25) “Habéis ganado ganasteis
hoy me tragué vuestro futuro
como un jarabe malo”

(p.37)”Soy quien sueña llegar a la vejez
para dejarse adoptar por gallinas
y vivir en la luz de las mañanas
que ahora abandono en la casa de empeños”

Ana Pérez Cañamares parte de la idea de que estamos en guerra. La nuestra es una guerra que continúa día a día pero que ha de permitirnos seguir contemplando las pocas cosas que tenemos, que tenemos porque quizás no son de nadie o son de todos.

(p.40) “Yo no entiendo cómo el cielo
abandonado por las nubes
puede aguantar su tensión azul”

Y ante la dificultad de la lucha lo único que nos sostiene son esos pequeños espacios de belleza o de victoria:

(p.86)”En mi patio está creciendo una hiedra
que le arranqué a la Casa de Campo.

Quizá sobre esa hiedra- o  muy cerca-
Cayó el tío Manuel bajo las balas.

Ahora, mi tío brota en abril
Cuando le llevo agua hasta los labios”

Y para seguir luchando hay que denunciar, hay que señalar …

(p.15) “Así sois, capitalistas.
En el último momento
cuando estamos a punto
de estamparnos contra el suelo
siempre nos echáis una mano.
No para ayudar ni para disimular
sino para acelerar el final de la caída.
Y que pase el siguiente.

Hay momentos en los que la poeta parece detenerse, parece congraciarse con el mundo pero al final siempre hay una injusticia, un motivo de denuncia, una desazón:

(p.122) “Perderemos la guerra de las mayúsculas
pero la vida está de nuestra parte:
Lloramos y celebramos la brizna”

(p.113) “Somos pueblo.
Hasta aquí hemos llegado.
No aguantamos más”

La poesía de Ana Pérez Cañamares - y estos dos últimos libros  Las sumas y los restos y Economía de guerra - viene a acercarse a la llamada Poesía de la conciencia crítica cuya punta de lanza es Antonio Orihuela.

Economía de guerra, belleza combativa.