jueves, 5 de noviembre de 2009

ESTAMPACIONES DE ALENA COLLAR


Estampaciones
Alena Collar
Ed. Policarbonados, 2009
95 pp
10 euros

Alena Collar (1960) ha escrito un libro extraño, un libro de los que actualmente no se escriben. La autora tiene una mirada que se posa indistintamente sobre personas, objetos y situaciones con idéntica naturalidad. A veces no le hace falta que lo que cuente tenga mucha substancia narrativa porque lo verdaderamente evocador, lo que llega al lector, es ese peculiar punto de vista, unas veces melancólico, otras tantas hilarante, casi siempre tierno y entrañable.

Estampaciones contiene un conjunto de historias que, a veces son una foto fija, otras una pequeña narración y otras una trasposición narrativa de una substancia eminentemente poética.

Leyendo Estampaciones se percibe un aroma a tiempo perdido. Lo cotidiano se hace objeto literario. Alena maneja con maestría la suspensión de la acción y del tiempo y en la narració suele situarse como una particular observadora de la realidad. De este modo, y ya que lo que cuenta no es más que lo que ve, aprovecha el gran caudal de lenguaje y describe con eficacia y exactitud cada momento y cada estampa.

Los que buscan encontrar grandes historias de acción no se sentirán cómodos en el libro de la autora, tan sólo lo harán quienes son capaces de detener el tiempo para contemplar el aleteo de una mariposa, el arrebol del cielo o el transcurrir lento de un anciano y su bastón.

Uno de los primeros relatos, Presa, ya da la medida de los caminos que decide explorar Alena Collar. Y para el desarrollo del argumento incluso pide la colaboración del lector, un relato provocador que pretende obtener una lectura activa, un feed-back posterior.

Tampoco tiene dificultad en tratar temas más o menos actuales o que le preocupan: la pérdida de los sueños o de la inocencia en El ángel, la soledad de los ancianos en La residencia, la incomprensión intergeneracional en Asomada al balcón, el anticatalanismo indirectamente en Transterrado, la eutanasia en Como las flores, la culpa en Mañana no irá al concierto, incluso la televisión en Confusión.

Otros relatos que revelan la maestría de la autora escribiendo son El callo y Una palabra tuya, donde Alena Collar se desliza sobre el texto explorando las diversas posibilidades y añadiendo siempre una vuelta de tuerca más.

A destacar especialmente dos relatos. Uno, El tuteo, por la magnífica forma de llevar los diálogos y por conducirnos entre dos situaciones y Mañana no iré al concierto, por la ternura inherente, por el desarrollo de la sensación de pérdida y la culpa hiriente que deja a su paso. Por esa introspección tan terrible que tan bien lleva durante todo el relato hasta su conclusión.

En definitiva, Estampaciones no dejará frío al que tiene un corazón caliente.

5 comentarios:

  1. Agradezco muchísimo no solo la lectura de mi obra, sino también la labor del crítico, penetrando en sus entresijos con verdera labor de exégesis.
    Y la generosidad del tiempo usado para hacerlo así.

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  2. Como editor que soy del libro, no puedo por menos que darte las gracias por el cariño en la lectura y la profundidad en el análisis.
    Muchas gracias Luis.

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  3. Pues que voy a decir... ya está todo dicho y con acierto definitivo. Estoy terminando el libro y me quedo prendada de frases profundas y bellas a la vez. Ésta, entre otras. En el infinito de luz, miríadas de puntos que titilan van sembrando claridades.

    Y sabe que ha llegado a tiempo a la cita.

    Felicidades Alena. Y perdona Luis por entrar sin permiso previo. Algo leeré tuyo si llego. Un beso

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  4. Mi querida Alena, muchas felicidades por este libro que, espero, pronto tenga en mis manos!!!!
    ¡Te keremos!
    Marisa

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  5. Aun no llego a mis manos,(aquí con lágrimas y golpeteo de cristales lluviosos y sin limpias, pero ya sé lo que sentiré al leerlo.
    Un abrazo a Alena y otro al crítico silencioso.
    Luci

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