Luis Vea-Cuarto menguante transcurre sobre la
brevedad de las palabras. ¿Te encuentras más cómodo en el espacio de las pocas
palabras? ¿En cuál de los tres formatos (cuento, microcuento, aforismo) te
sientes mejor?
Jaume Palau-Ciertamente,
me encuentro mucho más cómodo en las distancias cortas lleven éstas el membrete
que quieran, ya sea de cuento, microcuento o aforismo. Lo importante, para mí, no
es tanto el nombre que demos a la criatura sino el plasmar, de la forma más
sintética posible, la realidad (no siempre fácilmente perceptible), y la épica
de lo cotidiano; inducir a una reflexión y a un posicionamiento ético. Deseo
que mis textos tengan la inmediatez de un inyectable, que baste un instante
para que circulen libremente en la corriente sanguínea de la imaginación y de
la sensibilidad del lector y le proporcionen entretenimiento, provecho, y
placer.
L.V-La idea de que tus cuentos tengan un
reflejo en imagen. ¿Cómo surge?
J.P-Siempre
he estado a favor de la confluencia de las artes, de su porosidad y de su mutua
interrelación e influencia. Conozco, desde hace años, a Antonio Luque, un gran
artista plástico y galerista de Tarragona, que habitualmente expone en el
centro de Europa (Alemania, Austria, Suiza…) con una poética propia no siempre
fácil de interpretar, ni del gusto del gran público al que, honestamente, no
pretende ni engañar ni seducir y al que admiro porque considera –y en eso
coincido con él- que ni la vida ni el arte están hechos para transitar por los
rieles del conformismo, de las modas (porque conoce la frase de F. J. Strauss
que dice que “quien se casa con el espíritu de su época, enviuda pronto), ni del lugar común. Fue tan fácil como
proponérselo y él, inmediatamente, hizo suyo el proyecto. Convinimos que actuara
con la máxima libertad posible, pudiendo hacer un trabajo paralelo a partir,
simplemente, del título del libro Cuarto menguante y lo que éste le
sugiriera. Yo no tenía porque influir en su proceso creativo. Es más, quedé con
él que no lo vería hasta estar acabado. Obviamente le pasé el texto. Por eso me
sorprendió el resultado, el hábil trabajo de síntesis que fue capaz de hacer
trasladando, a cada ilustración, la esencia de una historia.
L.V-Imagino que ha habido un proceso de
selección de los relatos. ¿Has buscado un nexo común, un hilo que los una o
simplemente has hecho una selección pensando en los mejores relatos?
J.P-La
selección se ha hecho siguiendo tres criterios: la extensión del texto, que
todos los textos fueran detonantes para una reflexión aunque ésta fuera
festiva, y a su calidad. Y ya se sabe lo que sucede cuando actúa este tercer
criterio. ¿Qué texto seleccionar? Él que ayer te parecía, de forma indudable,
que tenía que figurar en el libro hoy ya no lo ves tan claro y pondrías –y
terminas poniendo- otro en su lugar. En este proceso me debato en un mar de
incertidumbres, dudando de cada opción tomada en el siguiente instante de haberla
tomado. Por eso me resulta placentero, y liberador, el ver el libro editado:
pues me niega la opción de corrección. Ya se terminó aquel extenuante y estéril
trabajo de Sísifo de acarrear el texto hasta la cumbre, de la selección y de la enmienda constante, de
poner hoy una coma que sin duda quitarás mañana. ¡Benditos sean los editores
que te sacan el texto de las manos y te liberan de la compulsión de la
corrección infinita y de la utopía del texto perfecto!
L.V-No es el primer libro de relatos que
escribes, ¿es casi obligatoria pregunta si habrá alguna novela?
J.P-No lo
creo. El célebre escritor guatemalteco Augusto Monterroso decía que una novela
es una buena preparación para escribir un cuento. Y yo, por ignorancia de esa
gran verdad, por atrevimiento y por aturdimiento, he comenzado por el relato
corto. Claro que, como bien se sabe, con la edad menguan las facultades y tal
vez entonces, y sólo entonces, perpetre una novela, (con todo el respeto, y
admiración, que tengo por las grandes novelas y por los grandes novelistas
capaces de plasmar un mundo en sus obras).
L.V-¿Qué opinas de la ya tan cacareada idea de
que el cuento en España tiene una época dorada? ¿Y lo mismo sobre el
microcuento?
J.P-Ya
hace años que los suplementos culturales de los grandes diarios van pregonando,
como rabadanes en epifanía, la buena
nueva del auge del cuento en España pero ¿cuántas editoriales se dedican, en
exclusiva, a publicar libros de relatos?
¿Cuántos de los grandes sellos editoriales poseen colecciones específicas de
cuentos que no sean infantiles? De ambas ¿cuántas se atreven a editar autores
desconocidos?
Sí
constato un auge del microrrelato por internet. Hay blogs y revistas digitales
dedicadas, en exclusiva, a su difusión y estudio, tanto españolas como
hispanoamericanas, de éstas últimas principalmente argentinas y mexicanas.
Entre los estudiosos y recopiladores en nuestro país me vienen a la memoria
Clara Obligado y Fernando Valls, entre otros, por supuesto.
L.V-¿Piensas que el relato y el microrrelato
son dos géneros distintos?
J.P-Estudiosos
y teóricos de la materia afirman que sí, que son dos géneros distintos con sus
propias características y especificidades y, por supuesto, no seré yo quien enmiende la plana a éstos
señores. Yo, lo único que pretendo al leer
un libro, bien sea de poesía o de prosa, al contemplar un cuadro, o al oír música,
es que todas estas actividades me procuren, como ya he dicho antes, provecho y
placer, que me pongan en contacto con lo desconocido, que enriquezcan mi
experiencia y que me hagan un poco más sabio, un poco mejor persona, un poco
más feliz.
L.V-De qué forma llegaste al relato como
género? ¿Qué autores crees que te han influido?
J.P-De
forma natural. De pequeño y adolescente, como todos, era un voraz consumidor de las novelas de
aventuras de Alejandro Dumas, Emilio Salgari, Robert L Stevenson, Walter Scott,
etc., que me hicieron recorrer paisajes exóticos, oler los aromas de las calles
y zocos del pasado, y compartir con ellos aventuras extraordinarias pues todo
buen lector, si la obra está bien escrita, es un compañero de viaje del
protagonista. Más tarde, ya en la adolescencia, aprendí a andar por el camino
de la literatura y comprendí que me bastaban diez pasos, o uno, diez páginas, o
una, para plasmar una situación o un mundo. Hay otros que precisan recorrer mil
quilómetros o mil páginas solo para enfrentar la aridez de un desierto sin
épica y sin belleza, o para contar una vida tan narcisa como anodina. Por otra
parte siempre intento aplicar a mi obra el lema del genial arquitecto Mies Van
der Roe de “menos es más”.
Autores
que me han influído: Arreola, Kjell Askildsen,
Borges, Carver, Cheever, Chejov, Richard Ford, Monterroso, Alice Munro, Papini,
Ribeyro, Salinger, Oscar Wilde… ¡son tantos los grandes maestros que me han
influído!
L.V-¿Háblanos de tus proyectos futuros?
J.P-Tengo
previsto terminar un nuevo libro de relatos para finales del 2015, de momento sin
título definitivo.
Muchas gracias por tu tiempo, Jaume, y suerte con Cuarto menguante y tus próximos proyectos.
Fotos de la presentación de Cuarto menguante en diciembre de 2013 en Tarragona.
Fotos de la presentación de Cuarto menguante en diciembre de 2013 en Tarragona.
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