lunes, 17 de marzo de 2014

ENTREVISTA A JAUME PALAU

Luis Vea (Barcelona) Entrevistamos a Jaume Palau con motivo de la publicación de su libro Cuarto menguante.




Luis Vea-Cuarto menguante transcurre sobre la brevedad de las palabras. ¿Te encuentras más cómodo en el espacio de las pocas palabras? ¿En cuál de los tres formatos (cuento, microcuento, aforismo) te sientes mejor?

Jaume Palau-Ciertamente, me encuentro mucho más cómodo en las distancias cortas lleven éstas el membrete que quieran, ya sea de cuento, microcuento o aforismo. Lo importante, para mí, no es tanto el nombre que demos a la criatura sino el plasmar, de la forma más sintética posible, la realidad (no siempre fácilmente perceptible), y la épica de lo cotidiano; inducir a una reflexión y a un posicionamiento ético. Deseo que mis textos tengan la inmediatez de un inyectable, que baste un instante para que circulen libremente en la corriente sanguínea de la imaginación y de la sensibilidad del lector y le proporcionen entretenimiento, provecho, y placer.

L.V-La idea de que tus cuentos tengan un reflejo en imagen. ¿Cómo surge?

J.P-Siempre he estado a favor de la confluencia de las artes, de su porosidad y de su mutua interrelación e influencia. Conozco, desde hace años, a Antonio Luque, un gran artista plástico y galerista de Tarragona, que habitualmente expone en el centro de Europa (Alemania, Austria, Suiza…) con una poética propia no siempre fácil de interpretar, ni del gusto del gran público al que, honestamente, no pretende ni engañar ni seducir y al que admiro porque considera –y en eso coincido con él- que ni la vida ni el arte están hechos para transitar por los rieles del conformismo, de las modas (porque conoce la frase de F. J. Strauss que dice que “quien se casa con el espíritu de su época, enviuda pronto),  ni del lugar común. Fue tan fácil como proponérselo y él, inmediatamente, hizo suyo el proyecto. Convinimos que actuara con la máxima libertad posible, pudiendo hacer un trabajo paralelo a partir, simplemente, del título del libro Cuarto menguante y lo que éste le sugiriera. Yo no tenía porque influir en su proceso creativo. Es más, quedé con él que no lo vería hasta estar acabado. Obviamente le pasé el texto. Por eso me sorprendió el resultado, el hábil trabajo de síntesis que fue capaz de hacer trasladando, a cada ilustración, la esencia de una historia.  

L.V-Imagino que ha habido un proceso de selección de los relatos. ¿Has buscado un nexo común, un hilo que los una o simplemente has hecho una selección pensando en los mejores relatos?

J.P-La selección se ha hecho siguiendo tres criterios: la extensión del texto, que todos los textos fueran detonantes para una reflexión aunque ésta fuera festiva, y a su calidad. Y ya se sabe lo que sucede cuando actúa este tercer criterio. ¿Qué texto seleccionar? Él que ayer te parecía, de forma indudable, que tenía que figurar en el libro hoy ya no lo ves tan claro y pondrías –y terminas poniendo- otro en su lugar. En este proceso me debato en un mar de incertidumbres, dudando de cada opción tomada en el siguiente instante de haberla tomado. Por eso me resulta placentero, y liberador, el ver el libro editado: pues me niega la opción de corrección. Ya se terminó aquel extenuante y estéril trabajo de Sísifo de acarrear el texto hasta la cumbre,  de la selección y de la enmienda constante, de poner hoy una coma que sin duda quitarás mañana. ¡Benditos sean los editores que te sacan el texto de las manos y te liberan de la compulsión de la corrección infinita y de la utopía del texto perfecto!

L.V-No es el primer libro de relatos que escribes, ¿es casi obligatoria pregunta si habrá alguna novela?

J.P-No lo creo. El célebre escritor guatemalteco Augusto Monterroso decía que una novela es una buena preparación para escribir un cuento. Y yo, por ignorancia de esa gran verdad, por atrevimiento y por aturdimiento, he comenzado por el relato corto. Claro que, como bien se sabe, con la edad menguan las facultades y tal vez entonces, y sólo entonces, perpetre una novela, (con todo el respeto, y admiración, que tengo por las grandes novelas y por los grandes novelistas capaces de plasmar un mundo en sus obras).

L.V-¿Qué opinas de la ya tan cacareada idea de que el cuento en España tiene una época dorada? ¿Y lo mismo sobre el microcuento?

J.P-Ya hace años que los suplementos culturales de los grandes diarios van pregonando, como rabadanes en epifanía,  la buena nueva del auge del cuento en España pero ¿cuántas editoriales se dedican, en exclusiva,  a publicar libros de relatos? ¿Cuántos de los grandes sellos editoriales poseen colecciones específicas de cuentos que no sean infantiles? De ambas ¿cuántas se atreven a editar autores desconocidos?
Sí constato un auge del microrrelato por internet. Hay blogs y revistas digitales dedicadas,  en exclusiva,  a su difusión y estudio, tanto españolas como hispanoamericanas, de éstas últimas principalmente argentinas y mexicanas. Entre los estudiosos y recopiladores en nuestro país me vienen a la memoria Clara Obligado y Fernando Valls, entre otros, por supuesto.
Resumiendo: creo que lo del auge del cuento en España, y lo de su época dorada, no deja de ser un lugar común, una leyenda urbana tan falsa y extendida como la de que Hacienda somos todos.




L.V-¿Piensas que el relato y el microrrelato son dos géneros distintos?

J.P-Estudiosos y teóricos de la materia afirman que sí, que son dos géneros distintos con sus propias características y especificidades y, por supuesto,  no seré yo quien enmiende la plana a éstos señores. Yo,  lo único que pretendo al leer un libro, bien sea de poesía o de prosa, al contemplar un cuadro, o al oír música, es que todas estas actividades me procuren, como ya he dicho antes, provecho y placer, que me pongan en contacto con lo desconocido, que enriquezcan mi experiencia y que me hagan un poco más sabio, un poco mejor persona, un poco más feliz.

L.V-De qué forma llegaste al relato como género? ¿Qué autores crees que te han influido?

J.P-De forma natural. De pequeño y adolescente, como todos,  era un voraz consumidor de las novelas de aventuras de Alejandro Dumas, Emilio Salgari, Robert L Stevenson, Walter Scott, etc., que me hicieron recorrer paisajes exóticos, oler los aromas de las calles y zocos del pasado, y compartir con ellos aventuras extraordinarias pues todo buen lector, si la obra está bien escrita, es un compañero de viaje del protagonista. Más tarde, ya en la adolescencia, aprendí a andar por el camino de la literatura y comprendí que me bastaban diez pasos, o uno, diez páginas, o una, para plasmar una situación o un mundo. Hay otros que precisan recorrer mil quilómetros o mil páginas solo para enfrentar la aridez de un desierto sin épica y sin belleza, o para contar una vida tan narcisa como anodina. Por otra parte siempre intento aplicar a mi obra el lema del genial arquitecto Mies Van der Roe de “menos es más”.

Autores que me han influído: Arreola, Kjell Askildsen,  Borges, Carver, Cheever, Chejov, Richard Ford, Monterroso, Alice Munro, Papini, Ribeyro, Salinger, Oscar Wilde… ¡son tantos los grandes maestros que me han influído!

L.V-¿Háblanos de tus proyectos futuros?

J.P-Tengo previsto terminar un nuevo libro de relatos para finales del 2015, de momento sin título definitivo. 


Muchas gracias por tu tiempo, Jaume, y suerte con Cuarto menguante y tus próximos proyectos.

Fotos de la presentación de Cuarto menguante en diciembre de 2013 en Tarragona.

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