El mar del otro lado
Olga Bernad
Ediciones de la Isla de Siltolá, 2012
171 pp
13 euros
La editorial de Sevilla Isla de Siltolá nos está proponiendo
últimamente algunos títulos suculentos. A ellos se añade éste de Olga Bernad
(1969) en una particular versión pues se encuadra dentro de la colección
Inklings de Siltolá. El libro no sólo recoge la propuesta poética de la autora,
además contiene lo que otros han dicho de su poesía. En definitiva, contiene
obra y crítica en el mismo libro.
Empecemos diciendo que en realidad El mar del otro lado, que es el título del libro, es una suerte de
antología de dos libros anteriores de la autora: Caricias perplejas y Nostalgia
armada. Y también contiene algunos poemas inéditos que supongo figurarán en
alguna obra posterior o que constituyen ya un poemario nuevo momentáneamente
denominado Mirafondo. Dicho esto se
hace harto difícil decir algo nuevo cuando seis autores comentan su primer
libro y otros siete, el segundo. Por tanto voy a tratar de hablar de aquellos
rasgos que en su conjunto me han llamado la atención.
De su primer libro, Caricias
perplejas, publicado en el año 2009, me llama poderosamente la atención esa
sensación de serenidad que emanan sus versos. Sobre todo al leer cómo se inició
en la literatura y cómo aconteció la publicación de sus versos en papel. Olga
Bernad empezó a escribir en un blog que lleva como título Caricias perplejas. Sorprende ese clasicismo renovado en su
propuesta literaria. Un clasicismo de sensaciones serenas y aplazadas. También
sorprende enormemente su madurez. Quizá no seré demasiado original destacando
estos versos pero en sí mismos dan buen ejemplo de la propuesta de esta poeta
zaragozana, es el poema Todo:
Sé desde hace algún tiempo
que ya nada sería suficiente,
salvo absolutamente todo.
Y no sé qué es todo,
no sabría pedirlo ni explicarlo,
no sabría tal vez reconocerlo.
Pero lo quiero todo.
Y no sé si sería suficiente.
Hay en Caricias
perplejas ternura y una primacía de lo amoroso. También una especie de
erotismo aplazado.
En su segundo poemario, Nostalgia
armada, publicado en esta misma editorial el año pasado, hay una
profundización en algunos de los aspectos que ya he comentado a los que
añadiría un cierto misticismo amoroso y un uso de vocabulario emparentado con
la religión. A veces da la sensación de acercarse a alguno de los autores
místicos de la literatura española. A la memoria me viene San Juan de la Cruz.
A veces cierto pesimismo, también muchas referencias al campo semántico de la
muerte. En otras ocasiones hay algo de arrebato romántico. También llama
poderosamente la atención la continua apelación a partes del cuerpo. A veces
también encuentra uno cierta llamada a la memoria. Una pequeña muestra de
algunos versos de este segundo poemario es esta composición denominada Espíritus del vino cuyo final me ha
llamado la atención:
Abre la puerta azul del cuarto negro,
ven conmigo al deseo y después deja
que a todos nos absuelva su inocencia.
Los últimos versos, Mirafondo,
que configuran la segunda parte del libro y que constituyen la novedad por ser
inéditos, profundizan en aspectos que ya he enunciado pero que se intensifican:
la alusión continua a la religión –católica- y a la liturgia, a veces. Y
también ese darle vueltas a la muerte. Y, en ocasiones, ambas cosas unidas. Muerte
y religión, sin abandonar otros subtemas que ya habían aparecido.
Poesía de clasicismo contemporáneo, propuesta poética sólida
que parece reivindicar sin pudor un nuevo romanticismo aludiendo a veces a
algunos temas clásicos tanto de la época romántica –amor con cierto
desatamiento aunque más contenido, religión y muerte- como del misticismo. Más
que interesante el libro de Olga Bernad El
mar del otro lado.
Hola, os escribo desde Zaragoza y acabo de conoceros a través de Asamblea de Palabras. Es un blog muy interesante. Os enlazo al mío y os seguiré la pista.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, TrasTera.
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