jueves, 19 de enero de 2012

LA REALIDAD ES OTRA DE ALBERT LLADÓ


La realidad es otra. Aforismos, greguerías y otras emergencias.
Albert Lladó
Prólogo de Agustín Calvo Galán
Fotografías de David Lladó
Editorial A Fortiori, 2010.
79 páginas.
9,50 euros

La realidad es otra es un libro particular. Digo particular porque practica un género literario que no posee una nómina muy larga de autores. Y, sin embargo, La realidad es otra, dicho para empezar, es un libro altamente recomendable. Para empezar contiene un estupendo prólogo de Agustín Calvo Galán que traza un recorrido sobre el significado del aforismo, pues de aforismos trata el libro. Algunas ideas destacables de este prólogo para hacernos a la idea del lo que nos encontraremos a continuación (p.6):

-El aforismo pretende subvertir o evidenciar la realidad.

-El aforismo ha de ser como un ensayo pero en su mínima expresión.

Me consta, y así lo atestigua el prologuista, la admiración que Albert Lladó profesa a uno de los grandes aforistas de la lengua española: Ramón Gómez de la Serna. De hecho hay pruebas de sus greguerías en las palabras del autor. Así pues nos encontramos ante un libro de pequeñas certezas, de frases que ayudan a expandir la mente, de sentencias que a veces son como un mazazo y otras que son como grandes sonrisas. A todas estas palabras también les acompañan otros tantos mensajes en forma de fotografías de la mano de David Lladó. El paciente lector también sabrá encontrar microrrelatos, historias contadas en pocas palabras pero que en sí mismas contienen un inicio, un desarrollo y un desenlace. Pequeñas perlas con un significado completo. Y para ello A.Lladó busca del artificio necesario para mejor expresar la idea. Así hay paradojas (p.12):

“¿Existen las verdades absolutas? Absolutamente no”

Circunloquios (p.12):

“Sólo sé que Sócrates sólo sabía que no sabía nada”

Consejos (p.15):

“El escritor debe fijarse en sus primeros defectos, y potenciarlos. Sólo así se puede llegar al estilo propio”

Ironía (p.16):

“Monarquía: forma de gobierno de los primates”

Microcuento (p.19):

“Siempre olía a grasa. Porque se bañaba con jamón”

Poema (p.25):

“La fiebre cabalga por el desierto, en una cama de dunas,

como una púber que aletea sus piernas,

aunque disfrazada de dama blanca”

Reflexión (p.30):

“El objetivo de la cultura no es descubrir la verdad, sino arañar ciertas mentiras”

Un claro homenaje a Gómez de la Serna en forma de moderna greguería (p.45):

“El secador de jamones es un armario de camisas comestibles”

O en(p.49) :

“La escoba tiene las pestañas sucias”

O verdades como puños en este aforismo, uno de mis favoritos, cargado de realidad (p.69):

“El primer “usted” que le dedican a uno

es un espejo sonoro del paso del tiempo”

Tan pocas palabras nunca contuvieron tantos y tan interesantes mensajes. La realidad es otra. Cuatrocientos aforismos que son mucho más que cuatrocientas frases y que cada lector acomodará como desee a sus normas de actuación. Disfrútenlas pues y piensen, de ello se trata.


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