viernes, 12 de marzo de 2010

ENTREVISTA A INMA ARRABAL


Inma Arrabal nos sorprende con un nuevo poemario titulado La poesía es una enfermedad cardiovascular en el que ahonda en la enfermedad poética.

Luis Vea García. Barcelona


-¿Cuesta asentarse como poeta?

Para poder "asentarse" o sea establecerse y encontrar un lugar como poeta reconocido, en esta época que nos ha tocado vivir, es necesario primero "moverse". Y cuando digo moverse lo digo en todos los sentidos: escribir, por supuesto es lo primero, después tener contacto con compañeros que estén relacionados a su vez con otros poetas, tertulias y círculos literarios. Hay que aprovechar la facilidad que la técnica pone a nuestro alcance por medio de los correos electrónicos, las páginas webs, los blogs, las revistas, etc, etc... Y aún así, es muy difícil. Muy difícil. También influye la suerte, esa suerte que hace que estés en el lugar adecuado, en el momento preciso y con la persona que podría ayudarte a que ese "asentamiento" fuese más fácil. Pero todo eso a mí no me preocupa. Yo soy poeta. Buena o mala, no lo sé. Quienes me lean opinarán. Por eso, porque soy poeta escribo poesía, es una necesidad para mí; escribir es lo que me importa y no pienso en si me "asiento" o no. Procuro moverme por donde quiero y me gusta. Y no me ha interesado nunca relacionarme con personas que quizá sí podrían ayudarme, si esas personas no me interesan también en otros aspectos y por otras cuestiones.


-Si La poesía es una enfermedad cardiovascular, ¿los poetas somos enfermos del corazón?

Hay muchas definiciones de Poesía, y yo me inventé esa. Quiero pensar que es una enfermedad del corazón que puede contagiarse y que no tiene cura. Yo estoy "invadida" porque procuro poner el corazón en todo lo que escribo. Si todos los poetas ponen el corazón, además de la cabeza, al escribir, entonces mi definición vale para ellos, si no es así por supuesto que no vale. No puedo generalizar.
"La Poesía es una enfermedad cardiovascular
que se contagia.
Nada la anuncia.
Llega sin avisar.
Un día abres los ojos y ya está ahí,
acechante.
Se derrama por los dedos,
se vuelve ascua en la boca,
apaga y enciende lunas y lugares
y florece en sueños y desengaños"

-¿Qué ha dejado esta guerra en favor o en contra de la poesía de la experiencia?

No sé si te refieres a que a finales del siglo XX ya declinaba esta llamada poesía de la experiencia o nueva sentimentalidad y parecía emerger una más notoria entre los jóvenes y más reflexiva, poesía de la conciencia.La poesía de la experiencia se aleja de la individualidad estilística y temática de los autores "novísimos" anteriores y se caracteriza por utilizar un lenguaje coloquial y reflexivo a partir de acontecimientos o situaciones cotidianas.No voy a entrar aquí en una clase magistral, aunque habría mucho que hablar sobre eso, pero sí te diré, que bien entrados los años 90 empieza un descrédito de esa poesía por su "abuso" en la lírica española.En realidad, a mí, todas esas cuestiones de guerras entre "bandas literarias" me interesan hasta cierto punto, creo que sólo sirven para alimentar prejuicios. Simplemente procuro estar un poco informada. Yo intento leer a cada escritor sin tener en cuenta de que lado está. Hay buenos poetas en todas las tendencias literarias. Si acaso estoy muy de acuerdo con un escritor, Luis Antonio de Villena. Él dice que hay poesía buena y mala. La buena podemos analizarla, estudiarla, y entonces veremos que, como todo, la buena poesía tiene pluralidad de caminos. Ninguno vale más ni menos que otro. Por eso no seré yo quien diga cuál es la mejor poesía y que tendencia se debe seguir. Porque es muy lógico y normal y también deseable, que unas tendencias poéticas dejen paso a otras nuevas. Y es lógico porque en la poesía se reflejan las circunstancias políticas, económicas, espírituales, etc, de la generación en que nos ha tocado vivir. Por eso tiene que haber cambios.Resumiendo un poco: ¿Qué hay a favor o en contra de la poesía de la experiencia? Pues creo que no sé decir nada. Sólo que ha habido una evolución, como siempre la hubo en otras épocas y que esta evolución ha dado paso a las corrientes poéticas de los años de transición del siglo XX al XXI. Estas corrientes poéticas son hoy día difíciles de percibir debido a la gran cantidad y proliferación de nombres nuevos, libros, manifiestos, revistas... Algunas antologías literarias ayudan a visualizar las tendencias generales, pero ya se sabe que en ellas ni estan todos los que son, ni son todos los que están.Actualmente creo que hay diversas corrientes que se están produciendo en el marco poético español. No tienen una tendencia común, ni atienden a limitaciones geográficas, ni a condicionantes de edad; les une la fidelidad y la sincera dedicación al verso. Se observa una apertura hacia una pluralidad estética. Se ahonda en la meditación, se busca una nueva materialidad del lenguaje con una fusión entre otras fuentes plásticas, como pueden ser, la música, audiovisuales, cine, televisión...Creo que esta diversidad puede explicarse por la necesidad de asimilar las nuevas estructuras sociales y de comunicación, que han intensificado la posibilidad de intercambios culturales.Por eso creo que es bueno que cada vez haya más poetas que se enfrenten a su época y a la escritura con lucidez e independencia.No sé si con esto he dicho algo de lo que querías saber. Seguramente me he ido por las ramas, pero hay preguntas que dan pie para extenderse más de la cuenta.

-¿Por qué siendo la poesía un género tan minoritario genera tantas rencillas?

Las rencillas surgen por cualquier cosa, creo que es algo innato en el ser humano, ya se sabe, la envidia, la ambición, el orgullo, las apariencias...Pero quizá también puede influír que en la poesía se expresan ideologías, valores, sentimientos, ya sabes, lo que te decía antes, de escribir poniendo el corazón. Y, ¡claro! si te "tocan" el corazón y tus principios, uno salta. Digo yo que será por eso, ¡vete tú a saber...!

-En La poesía es una enfermedad cardiovascular se capta un atisbo de alegría, pero al pronto resurge la tristeza y la melancolía. ¿Es éste el tono vital en el que escribes?

Pues parece ser que sí. Todo el mundo me pregunta por qué escribo cosas tristes, ya que en general me consideran una persona activa y alegre. Lo que pasa es que si oigo una música, la bailo, si brilla el sol, lo tomo, si veo una flor, la disfruto y la huelo. Vivo todos los momentos agradables que me brinda la vida con intensidad, por eso me considero una persona afortunada. Pero cuando veo o padezco una injusticia, cuando algo me hace daño o escandaliza, cuando me siento impotente para solucionar cosas tremendas que ocurren y no se pueden evitar, pues todo eso me provoca un estado "especial" que es lo que me impulsa a escribir y ¡claro! no escribo cosas divertidas, si acaso con una leve ironía. Sin embargo, me encanta jugar con las palabras y a veces, las menos, sale algo que no es triste, tampoco divertido, pero creo que sí es algo curioso...

-En Por matar tiempo hiciste una incursión en la novela, ¿tendrá continuidad?

Espero que sí, de hecho tengo una nueva novela empezada: "El invierno de las cerezas". Además en mi cabeza ronda otra, inspirada en: "Folletino", un relato de mi libro: Espíritus líquidos.

-Sura, Amayamar, Los que no volvimos, La poesía es una enfermedad cardiovascular... Se observa un incremento en la introspección. ¿Todo el material poético está dentro?

Todo el material poético está fuera, yo "capto" de algún modo este material. Me impregno de él, pasa a formar parte de mí y luego procuro sacarlo de mi interior lo mejor que sé. No cabe duda de que con el paso del tiempo, la edad y la experiencia, uno se hace más reflexivo, menos impulsivo, al menos a mí me está ocurriendo y supongo que eso se ve.


-¿Sigues la poesía de algún autor en concreto?

Cuando leo, no escribo, y cuando escribo no leo. ¿Por qué? Pues porque quiero aprender de otros autores, pero no sentirme influenciada por ellos. Creo que tengo mi propio estilo, mi propia voz. Ahora bien, por supuesto que hay algunos poetas a los que considero geniales (que conste que nombro sólo a poetas, ya que estamos hablando de poesía, y no a escritores en general). Por ejemplo: Fernando Pessoa, César Vallejo, Leopoldo Mª Panero, Cesare Pavese, Sylvia Plath, Miguel Hernández, Rainer Mª Rilke ... la lista sería interminable.


-¿Trabajas ya en algún proyecto más?

En la novela que te he nombrado anteriormente: El invierno de las cerezas, y estoy terminando un poemario: Versos inconexos. Pero tengo algunos más acabados y en espera de edición: Una mirada al absurdo, Sílice (SiO2) y El corazón es un pájaro que llama...



-¿Qué hay que hacer para enganchar al lector en la poesía?

Creo que hay que "huir" del lenguaje complicado y barroco. El lector tiene que sentirse identificado y comprender lo que está leyendo, (aunque entienda algo diferente a lo que el autor ha querido expresar). Debe sentirse "partícipe" de la lectura. Y aunque se dice que las poesías no deben explicarse, a mí me parece que si el lector conoce un poco de la vida del autor y las razones que ha tenido éste para escribir una cosa y no otra, eso ayuda a que se sienta atrapado por la lectura, aunque sólo sea por curiosidad. Y algo es algo. Creo que en las tertulias y recitales que se hacen, se debería dar más importancia a estas cosas y no empezar a leer de corrido un poema tras otro. Por muy bien que el poeta lea y por muy buenos que sean los poemas, si el oyente no tiene en la mano el poema escrito, o si el poema es muy extenso, lo más probable es que al segundo poema el asistente a la tertulia "desconecte" y se distraiga con el vuelo de una mosca.


Gracias por tus palabras, Inma, y esperamos con impaciencia tu próximo proyecto.

1 comentario:

  1. ¡Gracias por poner la entrevista aquí, Luis!
    Te mando un beso y a ver cuando coincidimos.

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