La elegancia del erizo
Muriel Barbery
Ed. Seix Barral,2006 (28ª edición, 2009)
367 pp
19,5 euros
En el número 7 de la calle Grenelle, un bonito palacete convertido en pisos de lujo en París, trabaja Renée Michel. Es la portera. Viuda, regordeta, fea, sin estudios, pobre y … no es lo que parece. Es una mujer de una extraordinaria cultura y cuyos conocimientos intenta disimular a ojos de todo el mundo. Una portera no puede ser una mujer cultivada:” no confraternizar con los ricos para no morir por ello”.
Como tampoco es lo que parece Paloma, la hija pequeña de un diputado socialista de la República Francesa, una niña de doce años extremadamente inteligente: una adolescente no puede ser tan refinada en sus conocimientos.
Sus vidas cambian cuando aparece un nuevo inquilino en el inmueble, Kakuro Ozu.
A través del señor Ozu ambas mujeres se conocerán y compartirán esas pequeñas cosas que hacen que merezca la pena seguir viviendo.
La mejor definición de Renée la describe Paloma:” Renée tiene la elegancia del erizo: por fuera está cubierta de púas, una verdadera fortaleza, pero intuyo que, por dentro, tiene el mismo refinamiento sencillo de los erizos, que son animalillos falsamente indolentes, tremendamente solitarios y terriblemente elegantes“.
¿Cuántas personas tenemos a nuestro alrededor que pueden ser erizos?
Muriel Barbery es profesora de filosofía y en toda la novela esa circunstancia se encuentra reflejada a través de la mirada de Renée. Entre gatos, tés, haikús, camelias, transcurre una delicada novela donde la amistad, la cultura, el arte y la filosofía hacen que disfrutemos de su lectura.
Hacía tiempo que la lectura de una novela no me hacía reír y llorar en el autobús. Muy recomendable.
Esta novela ha sido llevada al cine con el nombre de “El erizo”.
Como tampoco es lo que parece Paloma, la hija pequeña de un diputado socialista de la República Francesa, una niña de doce años extremadamente inteligente: una adolescente no puede ser tan refinada en sus conocimientos.
Sus vidas cambian cuando aparece un nuevo inquilino en el inmueble, Kakuro Ozu.
A través del señor Ozu ambas mujeres se conocerán y compartirán esas pequeñas cosas que hacen que merezca la pena seguir viviendo.
La mejor definición de Renée la describe Paloma:” Renée tiene la elegancia del erizo: por fuera está cubierta de púas, una verdadera fortaleza, pero intuyo que, por dentro, tiene el mismo refinamiento sencillo de los erizos, que son animalillos falsamente indolentes, tremendamente solitarios y terriblemente elegantes“.
¿Cuántas personas tenemos a nuestro alrededor que pueden ser erizos?
Muriel Barbery es profesora de filosofía y en toda la novela esa circunstancia se encuentra reflejada a través de la mirada de Renée. Entre gatos, tés, haikús, camelias, transcurre una delicada novela donde la amistad, la cultura, el arte y la filosofía hacen que disfrutemos de su lectura.
Hacía tiempo que la lectura de una novela no me hacía reír y llorar en el autobús. Muy recomendable.
Esta novela ha sido llevada al cine con el nombre de “El erizo”.
Pilar I.
No hay comentarios:
Publicar un comentario