La señorita Dashwood
Elizabeth Taylor
Traducción: Claudia Casanova
Ático de los Libros, 2012.
250 páginas
18,50 euros
Elizabeth Taylor (1912-1975) fue
una importante pero poco conocida escritora inglesa. Su nombre real era Dorothy
Betty Coles pero como no le gustaba lo cambió por Elizabeth. En 1924 se casó
con Kendall Taylor lo que le llevó a llamarse Elizabeth Taylor, coincidencia
con la actriz y que le ocasionó más de un problema. Curiosamente, si buscamos información acerca
de la autora en la wikipedia aparece primero la actriz. Hay una aclaración respecto a la
autora (Elizabeth Taylor –escritora-).
En sus inicios trabajó como
institutriz y en una biblioteca, esto se reflejará en su obra, por ejemplo en La señorita Daswood. Fue una persona muy
discreta, modesta y con ideología de izquierdas. Ático de los libros la ha
recuperado del olvido.
La señorita Daswood fue editada en 1946 y nos cuenta la historia de Cassandra Daswood,
una joven que, a la muerte de su padre, decide ser institutriz. Se instala en Cropthorne Manor y
será la encargada de educar a Sophy, la hija del dueño de la mansión, Marion
Vanbrugh, un hombre viudo, distante, amante de la literatura griega y con pocas
ganas de hacer reformas en la destartalada mansión. Cassandra se enamorará de
él desde el primer momento en que lo ve (“Antes de verle o hablar con él, había
decidido amarle, como una institutriz en una novela”, pág. 236).
La señorita Daswood es una novela de amor de entreguerras en la que
todos los personajes tienen una fuerza arrolladora, bien por su pasado, por la
convivencia entre ellos o por la influencia de otras personas que ya no están
entre ellos.
Tom, hermano de Marion, es un pintor atormentado
que pasa la mayor parte del día ebrio y que guarda un importante secreto.
Margaret Osborne, prima de ambos, es médico, está embarazada y tiene apetito
desmesurado. Posee un carácter bastante irascible. La insegura tía Tinty, madre
de Margaret, hipocondríaca e incapaz de dirigir la casa. Y Nanny, una antigua
niñera, con un carácter muy dominante.
Elizabeth
Taylor hace referencia en esta novela a diferentes obras victorianas ya sea con
títulos o con personajes de alguna de ellas: Algunos de los personajes de La señorita Daswood van al cine a ver la
película Orgullo y prejuicio, o a
Tom se le compara en un momento con
Heathcliff, el protagonista de Cumbres
Borrascosas ( obra de Emily Brontë).Pero, sobre
todo, existe una vida paralela entre la protagonista de La señorita Dashwood y la protagonista de Jane
Eyre ( de Charlotte Brontë): ambas son huérfanas. Jane Eyre pierde a sus
padres de niña y Cassandra pierde a su padre siendo una muchacha joven.
Ambas son institutrices y sus
pupilas son niñas difíciles: Jane Eyre es la institutriz de Adela Varens, una
niña superficial y tontorrona y Cassandra es la institutriz de Sophy, una niña
inteligente y mordaz.
Ambas se enamoran de los tutores
de las niñas: Jane Eyre del Sr. Rocherster y Cassandra del Sr. Marion Vanbrugh,
y, a su vez, estos protagonistas masculinos llevan tras de sí un pasado con
otra mujer. Por otro lado, tanto Jane
Eyre como Cassandra sufren un contratiempo que les llevará a separarse de ellos
súbitamente.
En La señorita Daswood hay una clara
influencia de Jane Austen. El apellido
de Cassandra es Daswood, como las protagonistas de Sentido y sensibilidad. De hecho, Cassandra es soñadora como
Marianne Dashwood y ha leído muchas novelas, como Catherine Morland, la
protagonista de La abadía de Northanger,
durante su adolescencia. La señorita
Daswood comienza: “Cassandra, gracias a todas las novelas que había leído,
estaba segura de experimentar las emociones adecuadas…” (pág.9). En La abadía de Northanger, Catherine
“leyó cuantas obras deben leerse para abastecer la
memoria de esas citas tan prácticas y tranquilizadoras que resultan en las
vicisitudes de una vida agitada” (pág. 12 en Alba Minus).
He disfrutado
enormemente la lectura de esta recomendable novela. En esta época del año donde
las inclemencias del tiempo nos dejan en casa más de un día es el momento
idóneo para leer una novela de amor donde la ñoñería no tiene cabida. Espero
que Ático de los libros nos deleite con otras obras de esta gran escritora.
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