Still life
Juan Vico
Servei Publicacions
UAB, 2011,
75 pp
14 euros
Still life es el último poemario de Juan Vico (1975). Con
este sugerente título que viene a traducirse como "naturaleza
muerta", el poeta nos presenta un conjunto de poemas con muchas
referencias al mundo cinematográfico, no en vano el propio Juan Vico estudió la
carrera de Comunicación Audiovisual. Así dos mundos se unen, visual y escrito,
para dar lugar a este poemario. Un libro breve de 80 páginas y 29 composiciones. Un libro tremendamente plástico.
Al autor parece gustarle salirse de la escritura
para entrar en contacto con otras artes. Si en este Still Life dominan las alusiones visuales, en su siguiente libro, Hobo,
contiene interrelaciones con el mundo de la música.
En Still
life hay además referencias a la fotografía y a la pintura. En definitiva,
un planteamiento visual que busca la reacción frente al objeto artístico y la
plasma. Su mundo, sus modelos son Rothko, Paul Klee, Balthus o
Brueghel.
El poemario se divide en tres
partes. La primera, Tramar la luz contiene
claras alusiones visuales y pictóricas:
(p.23) “Si la luz, si el
contraluz es el apropiado,
conseguiré que me revele el
pudoroso trazado de sus nervios”
(p29) “La mañana parece un
ajedrez
dibujado en el fondo de un
gran vaso
lleno de espuma roja”
La segunda, Dominical (Interior con figuras) parece
situarse en un espacio más cotidiano y cercano:
(p.33) “La escena es
previsible: tú dormitas
medio desnuda y yo voy calibrando
palabras empujado por el roce
de la luz perezosa del
domingo”
(p.39)”Sobre la mesa el diario
medio leído, junto a una taza
con restos de café”
En la tercera, Noche americana, explosionan las referencias cinematográficas.
(p.71) “No recuerdo en realidad
de aquellos días
más que el olor del mar en
cuarentena,
el olor
levantisco del mar en marzo,
y el título de las películas
que compartimos.
Le rayon vert, por ejemplo.”
Still life ha sido premiado por la
Universidad Autónoma en el certamen Divendres culturals y publicado dentro de
la colección Gabriel Ferrater. Como si se tratase de un bodegón el poeta parece
contemplar naturalezas muertas, objetos inanimados y buscar una reacción.
Recuerden el nombre del autor,
Juan Vico. Seguro que seguirán oyendo hablar de él. Buen momento para leer Still life.
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