lunes, 26 de diciembre de 2011

LA INUNDACIÓN DE YEVGUENI ZAMIATIN



La inundación
Yevgueni Zamiatin
Traducción de Marta Rebón
Prólogo de Marta Rebón y Ferran Mateo
Ed. Alfabia, 2010
85 pp
13 euros 
Este pequeño librito, que presupongo es bastante desconocido para el lector español, es toda una joya. Es verdad que su autor, Zamiatin, siempre ha quedado en una segunda fila en la fotografía de la potente literatura rusa del XIX tras los Dostoievski, Tolstoi, Chéjov, Gorki, Bulgakov, etc… Y no es que el argumento de La inundación sea extremadamente complicado, más bien al contrario. La historia de la inundación de un río, el Nevá, tras la que se esconde un drama de infidelidad, de celos y de palabras no dichas.  Lo magistral del texto es la capacidad de Zamiatin de penetrar en la psicología de los personajes, sobre todo de Sofía. De bucear en sus pensamientos e ideas para crear una historia en nada lejana a pesar  de esos aproximadamente ochenta años transcurridos desde su escritura. Una historia a medio camino entre la intriga y la novela psicológica.
Trofim Ivánich es un trabajador casado con Sofía y con la cual no ha logrado tener ningún hijo. En el piso de arriba de la misma vivienda se encuentra Ganka, una joven que ha quedado huérfana, y que viene a unirse a la pareja tras quedarse en esta situación de soledad e indefensión. Aquí se inicia un loco amor de Trofim por Ganka que es descubierto por Sofía. En ese momento los hechos se precipitan. Al poco sobreviene la inundación que es también la forma, la metáfora, con la que el autor va asociando los sentimientos in crescendo de Sofía hasta un nuevo episodio inundatorio y el desenlace final.
Uno de los aspectos destacables de la manera de plantear la novela es una linealidad simple, así como un círculo de personajes relativamente corto, que creo no llega a la decena, siendo tres los importantes. Con este equipaje narrativo la parte más complicada sobreviene al ir tensando la relación y, evidentemente, en el desenlace final que Zamiatin maneja con maestría. A veces da la impresión de encontrarse uno con las visicitudes de Kurtz en El corazón de las tinieblas, en esa especie de demonio que llevamos dentro incluso las criaturas más angelicales. El realismo que refleja el ruso es uno de los puntos a destacar que acercan la narración al lector poniéndole en un brete.
Disfrutará también la lectora de novelas victorianas a mi modo de ver por el protagonismo que alcanzan los personajes femeninos, Ganka y Sofía, y por el fiel reflejo de la dureza de la vida de las mujeres en aquel pasado siglo XIX y principios del XX. Es pues, desde este otro punto de vista, una lectura más que recomendable también para las lectoras que quieran ahondar en el machismo imperante y las duras condiciones de vida a la que la mujer rusa estaba sometida.
Recomendación aparte merece el prólogo de Marta Rebón y Ferran Mateo para entender el universo literario en el que se encontraba Zamiatin y sus vicisitudes desde la admiración revolucionaria hasta su exilio.
Disfruten así lectores y lectoras de esta pequeña obra, no por pequeña  menos importante.

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