martes, 15 de diciembre de 2009

EL GOLFO DE LOS POETAS DE FERNANDO CLEMOT


El golfo de los poetas
Fernando Clemot
Ed. Barataria, 2009
286 pp
17 euros.

Tras la exitosa publicación de Los estancos del Chiado con la que Fernando Clemot ha sido galardonado con el premio Setenil, ahora nos presenta su primera novela, El golfo de los poetas. Una novela que ahonda en la condición humana y, sobretodo, en su lado más obscuro. El protagonista, Leo Carver -véanse las referencias literarias del autor-, escritor de culto venido a menos, emprende un viaje a Italia con el fin de dejar atrás su mala racha. Es en este lugar, acompañado de su mujer, su hija y una amiga de su esposa, donde revivirá parte de su pasado y, lejos de conseguir olvidar su ruina, no hará más que profundizar en su alcoholemia descubriendo cuán relacionados están su pasado y presente.

Fernando Clemot, del cual ya habíamos descubierto grandes dosis narrativas en su libro anterior, crea una novela de trasfondo depresivo en la que profundiza sobre los mecanismos que nos conducen a la ruina, a la dejadez, al abandono y, al mismo tiempo, con una descripción precisa, nos traza un retrato de un alcohólico y un depravado sexual. Hay momentos en que uno parece revivir las vidas de otros tantos escritores malditos: Bukowski, London, etc... De este último, el relato de Clemot me ha recordado otra novela sobre el alcoholismo, John Barleycorn(Las memorias alcohólicas).

Clemot a lo largo de una narración en forma de diario nos va introduciendo en el pensamiento de Carver, escritor que además ha perdido la memoria a corto plazo, y que se vale de unas libretas que siempre lleva consigo para recordar lo que hace. Clemot consigue brillantemente conducirnos a través de los entresijos de la mente de este perturbado personaje, utilizando el monólogo interior, y las escasos diálogos con otros personajes que van apareciendo y que suponen la ligazón definitiva con su pasado.

Gusta el autor de la frase larga, frase descriptiva -estilo casualmente bastante alejado de Carver- pero a la vez de la frase contundente, de la frase que escarva en nuestro interior. Es la novela de Clemot una novela profunda, trufada de desasosiego, de las que cuesta leer por lo que producen en el lector, de las que remueven las entrañas y no dejan indiferente. Paradójicamente Fernando Clemot domina a la perfección los mecanismos de la novela psicológica y de la novela clásica pero ello no provoca en el lector la sensación de estar ante una novela antigua.

Uno de los aciertos creativos de El golfo de los poetas es el concepto de bisagra: pensamientos bisagra, recuerdos bisagra, amigos bisagra. Concepto elemental para entender los entresijos mentales de la novela. El concepto bisagra es el que nos lleva de un lado a otro, de un personaje a otro, de un recuerdo a otro... El que nos explica los complejos mecanimos de la memoria, de las interelaciones entre hechos, entre sentimientos y sucesos y que sirve al autor para ir yendo del pasado al presente tal y como hace el propio Carver.

Otro de los aspectos fundamentales que flota es el de la culpa, la culpa que lleva a Leo Carver a beber y a olvidar, olvido que está íntimamente relacionado con parte de su pasado que, al unísono, no puede ni quiere recordar.

Es al final de la novela donde un último giro de timón nos lleva a entender la relación bisagra que hay entre pasado y presente y más, correctamente, entre pasado y pasado reciente.

Clemot no da concesiones a su personaje, no lo redime, no le permite un final feliz, tan solo le deja a su libre albedrío y no por sorprendente el final nos parece el más lógico.

Bravo por Fernando Clemot y por su novela que estoy seguro de que dará mucho de que hablar.

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