Hijos del balón. Relatos de África. Relatos de fútbol.
Varios autores
El Aleph-El Cobre, 2010.
Traductor: Manuel Serrat Crespo
Coordinación y prefacio: Abdourahman Waberi
197 pp
19 euros
Varios autores
El Aleph-El Cobre, 2010.
Traductor: Manuel Serrat Crespo
Coordinación y prefacio: Abdourahman Waberi
197 pp
19 euros
No debe ser nada fácil reunir a once autores de nacionalidades diferentes para que hablen de dos cosas: de fútbol y de África. Dicho sea de paso esos once autores son africanos, pero de diferentes países, tienen diferentes realidades y han vivido experiencias diferentes. Pero aprovechando la primera Copa del Mundo que se celebró el pasado año en Sudáfrica han sido reunidos en este volumen para contar a través de un relato su visión de la misma. Con esa tesitura comprende uno que el resultado, a pesar de lo dicho, no sea nada homogéneo, más bien es un resultado heterogéneo. Efectivamente tenemos autores africanos, unos de la llamada África negra, otros de la África del Sahel. Diversas visiones, diversas existencias. Y además algunos viven ya fuera de ese continente y han tenido contacto con Europa. No es de extrañar entonces que el fútbol sea una excusa. En algunos relatos es el argumentario principal, en otros es sólo una pieza del mismo.
Sobre el contenido he encontrado tres buenos relatos, casualmente algunos de los más duros.
Voy a resumir escuetamente el contenido de todos los relatos:
En La última partida de Beckett de Kangni Alem (Togo) una competición literaria y un torneo de futbolín se convierten en la excusa perfecta para olvidar los pesares.
En Espíritu de cuerpo del autor sudafricano Mark Behr aparece el tema del apardheid solapadamente tras la existencia de una escuela de élite, dos mundos enfrentados: el de los ricos y el de los pobres, el de los blancos y el de los negros.
Yahia Belaskri (Argelia) nos presenta uno de los relatos más inquietantes del libro y a la vez salvajes. Su título: Blanco y Negro. Nos narra cómo el resultado de un partido de fútbol es la excusa para toda una ola de violencia posterior que sacude una ciudad desde sus suburbios: asesinatos, violaciones, crueldad, vejaciones...Sin duda uno de los relatos más logrados y que deja bastante mal cuerpo, todo hay que decirlo.
El penalti de Anouar Benmalek es otro de los relatos que dan una visión dura de la realidad africana. En este caso se trata de un par de amigos viendo un partido de fútbol. Uno de ellos tiene lapsus de memoria. Lapsus que han sido utilizados por alguien para cometer un atentado terrorista. Un relato escalofriante que demuestra esa parte de realidad que transcurre en algunos países africanos de cultura musulmana. El enfrentamiento entre el integrismo religioso y la vida.
Ananda Devi (Islas Mauricio) nos plantea en El clan de los salteadores un relato no demasiado original pero con un curioso final. La historia se repite en otro de los relatos con desarrollo y finales diferentes. En este caso hablamos de un muchacho de la selva que es fichado para jugar profesionalmente. Con resultado diferente y variando la historia Wilfried N´Sondé plantea en Balón de polvo el desencanto de ese muchacho que viaja a Europa para ser una estrella y se encuentra con la incomprensión de su familia, el rechazo de sus compañeros de club, la disciplina, la aterradora competencia y las lesiones. Un relato descorazonador y realista, muy diferente al de Ananda Devi, más fantasioso quizás. El relato de N´Sondé trasciende la historia y nos remueve por dentro y nos sentimos padeciendo las desgracias del muchacho que tan solo puede conquistar un balón de polvo.
En Educación sentimental, Laila Lalami (Marruecos) plantea la problemática de un muchacho que descubre quién es su padre. Da la impresión de que crecer como hijo bastardo se convierte en una lacra para la vida del protagonista que no sabe cómo afrontar el problema frente a sus amigos.
Alain Mabanckou (Congo-Brazzaville) cuenta en Ganaremos la Copa del Mundo del 2010 la utopía de ganar el mundial aún sabiendo que se tienen pocas posibilidades.
Luego el relato de Jamal Mahjoub, en Lejos de casa, escritor afincado en Barcelona, que narra una historia basada en un par de tópicos que han aparecido en la prensa: la historia de las bandas callejeras de niños inmigrantes ladrones y altamente violentos –recuerdo haber leído la noticia haciendo referencia a que los gobiernos británicos y norteamericano habían recomendado en sus páginas oficiales que sus nacionales tuvieran precaución al venir a Barcelona- y el racismo provocado desde el fútbol. Si bien la historia está bien construida, la realidad, quizá, está un poco exagerada.
Los dos últimos relatos son El fútbol a la nigeriana de Uzor Maxim Uzoatu (Nigeria) y En alguna parte hacia el comienzo del partido del prologuista y antólogo, Abdourahman A. Waberi (Djibuti). En el primero se trata con cierto sentido del humor las pretensiones de un inglés de entrenar a un equipo de fútbol nigeriano y en el segundo el fútbol es la causa que todo lo cura cuando se inicia el partido.
En fin, antología de relatos de África y el fútbol, con algunos relatos muy logrados y que reflejan una realidad a veces silenciada y desconocida. Una oportunidad de acercarse a otros mundos narrados por sus protagonistas, una experiencia interesante que debe ser apoyada en bien de conocer mejor un continente tan cercano y al que tantas cosas nos unen. Mencionar que la edición es conjunta y está patrocinada por la Casa África.
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