Basset
Stella
Gibbons
Traducción:
Laura Naranjo y Carmen Torres García
Editorial
Impedimenta, 2014
311 páginas
22,50 €
Stella
Gibbons (1902-1989): Escritora inglesa que, además de trabajar como periodista,
escribió numerosas novelas, relatos y poesías. Bassett
fue su segunda novela y fue publicada
en 1933.
Tras
finalizar sus estudios de periodismo, trabajó para
la British United Press. Durante este tiempo comenzó una relación con Walter Beck, en el que se inspiró para recrear a George, el
personaje principal de Bassett.
Hilda Baker
es una mujer que no destaca ni por su inteligencia ni por su belleza. Tiene una
vida monótona. Siempre va de su pequeño apartamento al taller de confección
donde trabaja. Como tiene unos pequeños ahorros decide invertirlos en algo útil
y así piensa que podría asociarse con
otra persona para regentar una casa de huéspedes después de ver un anuncio en
una revista. Para ello se dirige a Bassett, un pequeño pueblo del condado de Buckinghamshire. En él vive la señorita Padsoe,
una mujer pusilánime que, en otro tiempo, disfrutó del privilegio de ser
de familia adinerada. No está acostumbrada a mandar y sus sirvientas, Winifred
y su madre, abusan de ella.
Tendrá que llegar Hilda Baker para poner orden en su vida y en su casa.
Tendrá que llegar Hilda Baker para poner orden en su vida y en su casa.
Por otro
lado están los habitantes de Baines House. George, un joven que trabaja muchas
horas en la empresa de su padre; Bell, la hermana, muy unida a George. Ambos son “jóvenes, ricos y
encantadores, y la gente se moría por trabar amistad con ellos” (pág.56). La
señora Shelling, la madre de ambos, es una mujer rica, severa y de convicciones
estrictas. Los habitantes de Bassett rara vez acuden a ella para pedirle
favores:
“Dios sabe que la señora Shelling tenía todo lo que una mujer podía desear, incluyendo un marido muerto” (pág. 184). Y, como adinerada que es, necesita de una dama de compañía para que le haga la vida más fácil. Será entonces cuando contrate a la señorita Queenie Catton. Es una joven que procede de una familia progresista y liberal que intenta educar a sus hijos inculcando el amor libre:
“Como la mayoría de los progresistas felizmente casados, el señor Catton disfrutaba de lo lindo lanzando pullas contra el monstruo del matrimonio desde la seguridad que le proporcionaba su alianza de bodas” (…): “El matrimonio era inestable, obsoleto, degradante y estaba condenado al fracaso” (pág. 141).
“Dios sabe que la señora Shelling tenía todo lo que una mujer podía desear, incluyendo un marido muerto” (pág. 184). Y, como adinerada que es, necesita de una dama de compañía para que le haga la vida más fácil. Será entonces cuando contrate a la señorita Queenie Catton. Es una joven que procede de una familia progresista y liberal que intenta educar a sus hijos inculcando el amor libre:
“Como la mayoría de los progresistas felizmente casados, el señor Catton disfrutaba de lo lindo lanzando pullas contra el monstruo del matrimonio desde la seguridad que le proporcionaba su alianza de bodas” (…): “El matrimonio era inestable, obsoleto, degradante y estaba condenado al fracaso” (pág. 141).
La joven es de ideología comunista. Acepta el trabajo
de dama de compañía porque no soporta la algarabía que reina siempre en su
casa. “No le atraía ni la belleza ni el lujo; no era sensible a la primera y su
joven espíritu más bien austero sentía aversión por el último, pero le gustaba
la paz, el orden y la tranquilidad” (pág 140).
Será en la
mansión de los Shelling donde encuentre la paz y el amor. Pero no es todo tan
maravilloso como parece.
En la novela
se van entremezclando los acontecimientos, tanto lo que sucede en La Torre,
donde viven la señorita Padsoe y Hilda Baker, como lo que sucede en Baines
House, con la familia Shelling y otros
personajes que van apareciendo a lo largo de la obra y la autora lo hace de
manera magistral y con un gran sentido del humor.
Es
preferible no desvelar más sobre contenido de la novela pero lo cierto es que
no decepciona ni una sola de sus
páginas. Como siempre, Stella Gibbons nos deja con la sensación de querer
seguir leyendo. Es por lo que hay que agradecer a Impedimenta que nos siga
deleitando con la reedición de la obra de esta gran escritora.
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