Maternidad intratable
Luisina Bourband
Editorial Le Pecore Nere, 2017
115 pp
12 euros
Lo primero que uno se pregunta al leer Maternidad intratable es ante qué tipo de escritura nos encontramos. Una escritura autoreferencial que nos lleva a acercarnos a la escritura del yo, como nos recuerda la prologuista Sonia Tessa. Un tipo de escrito en el que la autora cuenta y se cuenta. Me recuerda por su forma a Isabel Núñez. Recuerdo haber leído su blog Crucigramas que todavía andará en la red a pesar de su fallecimiento. Casualmente la autora escribió un libro basado en su correspondencia con otra autora, Rauda Jamis, también titulado Maternidad. Isabel Núñez practicaba la escritura de autoficción, un género a caballo entre el relato y el diario.
Otro de los referentes que la lectura de Maternidad intratable me ha traido son las Mujeres alteradas de Maitena.
En el texto la autora expresa la desazón y frustraciones que le produce la maternidad, pero intenta superarlas con humor e ironía:
"Le hago brainstorming con la toalla a mi hijo, para no tener que enchufar el secador de pelo"(p. 15)
"El multitasking es incesto" (p.39)
Da la impresión a veces de que como autora, y madre, hay un propósito pedagógico. En otras ocasiones es más una intención de dejar constancia de la experiencia vivida. En cualquiera de los casos la situación la obliga a naufragar en una constante contradicción. Aún así obtiene la sabiduría de la experiencia vivida, la búsqueda de una misma se convierte en reflexión y de reflexiones está lleno el texto, a través de diálogos interiores:
"... el hecho de estar despierta en la oscuridad y el silencio te da una lucidez insoportable. El insomnio puede ser el grado máximo de alerta del deseo" (p.28)
"Pero cuando cuidás niños mucho tiempo, rozás lo más bajo de la condición humana" (p.51)
La voz que reflexiona es un voz que acude a sus propias experiencias, una voz que utiliza y da pie a que la maternidad sea un disparadero para explicar las actuaciones en tanto madre, sus propósios e, incluso, para definir su mundo, aquel en el que se encuentra y aquel al que quiere llegar. También habla de las opciones que se frustran:
"Cuando dos de los niños sellan su trato con Hipnos, el tercero lo deshace, y comienza su insomnio" (p.64)
La reflexión lleva a la autora a hablar de la perfección y de la imperfección de los momentos que se frustran: momentos románticos, encuentros sexuales, silencios, sueños... y, también, de la imperfección física como resultante del proceso.
Pero la maternidad también es un poderoso proceso creativo en el que la autora lanza verdaderas cargas de profundidad en forma de analogías filosóficas:
"La maternidad es el tiempo en que concedemos vivir al ritmo de otras vidas" (p. 76)
"Hay en la maternidad esa insistencia por habitar lugares imposibles" (P. 83)
Finalmente destacar que las ilustraciones del libro son fruto de uno de los hijos de la autora.
Si el lector quiere acercarse a esta maternidad, encontrará a Flaca escopeta y a Gordo bomba esperándoles.
La voz que reflexiona es un voz que acude a sus propias experiencias, una voz que utiliza y da pie a que la maternidad sea un disparadero para explicar las actuaciones en tanto madre, sus propósios e, incluso, para definir su mundo, aquel en el que se encuentra y aquel al que quiere llegar. También habla de las opciones que se frustran:
"Cuando dos de los niños sellan su trato con Hipnos, el tercero lo deshace, y comienza su insomnio" (p.64)
La reflexión lleva a la autora a hablar de la perfección y de la imperfección de los momentos que se frustran: momentos románticos, encuentros sexuales, silencios, sueños... y, también, de la imperfección física como resultante del proceso.
Pero la maternidad también es un poderoso proceso creativo en el que la autora lanza verdaderas cargas de profundidad en forma de analogías filosóficas:
"La maternidad es el tiempo en que concedemos vivir al ritmo de otras vidas" (p. 76)
"Hay en la maternidad esa insistencia por habitar lugares imposibles" (P. 83)
Finalmente destacar que las ilustraciones del libro son fruto de uno de los hijos de la autora.
Si el lector quiere acercarse a esta maternidad, encontrará a Flaca escopeta y a Gordo bomba esperándoles.
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