El samurái desnudo
Manuel Pérez Cedrés
Éride Ediciones, 2013,
298 pp
15 euros
¡Qué extraño es el libro de
Manuel Pérez Cedrés! Extraño porque se me hace complicado sin mencionar diversos
géneros y formatos. Y extraño también
porque el libro va dando saltos de argumentario. En primer lugar podría hablar
de un thriller, pero con muchas connotaciones con la literatura pulp y el
cómic. Algunos de estos artificios como el lenguaje marcadamente soez de los
personajes, la vida de los bajos fondos, los personajes cuyas vidas son sumas
de derrotas. Y, por ejemplo, la utilización reiterada una y otra vez de la
palabra silencio como si de una viñeta en blanco se tratase.
La acción transcurre en Estados
Unidos, sus personajes tienen nombres anglosajones. El universo gira alrededor
de Roy, muchacho al que su padre abandonó de pequeño y que se ha criado con su
madre. Muchacho conflictivo, cosa que ya se aprecia en los diálogos con su
madre y también en que al poco de empezar la novela el protagonista es
expulsado del colegio.
Las relaciones con su padre son
de odio, odio por haberse sentido abandonado y presentarse en un momento de la
vida en el que le considera prescindible. Véase la actitud de Roy en la muerte
de éste y en su entierro.
También destacable la vida de
bajos fondos con Dully con el que Roy se convierte en el conseguidor habitual
de suministros alcohólicos.
El hilo conductor de El samurái desnudo es el sexo, especialmente su amor obsesivo por una chica
del colegio de carácter libertino y
alocado sexualmente. De ahí que quede embarazada y que su historia sea la
comidilla de todo el instituto y de Harry, su amigo, el amigo rico de correrías
que comparte, como se ve más adelante una relación tensa de amistad y odio.
Sin duda hay momentos en que los
trasfondos me acercan al realismo sucio norteamericano, a Bunker o a Bukowski.
Destacaba la originalidad del
proyecto, porque viviendo en un lugar tan alejado del universo que relata –Manuel
Pérez vive en Canarias- ha decidido que su historia transcurra lejos de aquí.
Para los que como yo no
conocíamos ni al autor ni la editorial la presente ha sido una sorpresa, una
sorpresa no exenta de una historia de aquellas que incomodan, que te dejan un
poso extraño. Historia violenta y marginal a veces que te obliga a dejar el libro
de vez en cuando.
Otro de los aspectos a destacar
son sus diálogos, trepidantes, espontáneos, groseros. Lo que uno espera
encontrar con personajes y acontecimientos de esta índole.
La vida de todos ellos está
anclada en una sociedad desestructurada, una sociedad sin valores, en donde
nadie está a salvo y la vida es algo así como una pirámide trófica donde cada
cual busca la forma de continuar. Pero no parece haber ni esperanza ni
solución, ni personajes que salgan airosos de sus vidas. Son todos ellos seres
marcados por sus propios errores. Los
jóvenes no tienen parámetros adultos que seguir, los mayores son seres
acomplejados, mentirosos o, incluso, despóticos.
Disfrute el lector de esta visión de una América
desestructurada, de estos personajes salidos de los bajos fondos del otro lado
del charco. Y descubran quién es el samurái.
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